Sin agua desde hace 8 días en zonas rurales de Álora: así se las ingenia una familia con tres niños
Vecinos afectados aseguran que en las tienda del municipio "queda poca agua o ninguna" y tienen que desplazarse hasta Pizarra para bañarse: "No tenemos derecho casi a quejarnos, pero es un recurso necesario"
Unos 30 vecinos de Álora están todavía aislados y 200 sin agua potable tras el paso de la DANA
En Álora, unas 200 personas siguen sin agua en sus grifos: ni para beber, ni para ducharse, ni para limpiar. Y en el caso de algunas familias acumulan ya ocho días, desde que se produjeran los primeros daños en la red y pozos que abastecen al municipio tras el desbordamiento del río Guadalhorce. El problema ahora está siendo la turbidez por la acumulación de precipitaciones. Una de las vecinas afectadas explica a este periódico cómo los suyos buscan alternativas sin este recurso, esencial tanto para la subsistencia como para las actividades agrícolas. Reconoce que, si bien su situación no es compable a la tragedia que viven en la Comunidad Valenciana, con más de 200 fallecidos, la falta de abastecimiento les está generando complicaciones. "Sé que no tenemos casi derecho a quejarnos pero sí a decir que la luz y el agua son necesarias", apostilla.
Con tres menores de edad a su cargo, se ven obligados a hacer un desembolso económico en lavanderías para limpiar la ropa. "Me costó 15.50 euros poner dos lavadoras de 14 kilos cada una, además de la gasolina para llegar hasta Coín", relata.
Para cocinar, los afectados recurren a agua embotellada, aunque tampoco está siendo una tarea sencilla adquirirla. "Gracias a Dios yo puedo salir y comprar, pero en las tiendas del pueblo hay poca agua o ninguna", advierte. Los baños, sobre todo de los niños, son también un quebradero de cabeza en su casa. Mientras el Ayuntamiento pone en funcionamiento el segundo de los pozos pendientes, han optado por desplazarse hasta Pizarra para hacer uso de las duchas del pabelllón y del campo de fútbol. Pero la logística que ello lleva consigo les dificulta poder hacerlo a diario. "Desde el jueves, mi marido y yo nos hemos estado lavando en casa como los gatos", se lamenta esta vecina.
Este lunes, la reactivación de las bombas del depósito de agua permitió restablecer el suministro en el núcleo urbano, lo que significó un respiro para los vecinos del centro de la localidad que dependían de esta infraestructura. Pero el acceso a este recurso sigue sin normalizarse en zonas rurales y pedanías. La familia que ha compartido su testimonio con este periódico vive en la Vega Malilla, con preocupación y la incertidumbre de no saber cuándo recuperarán el suministro. "Ayer, a un vecino le aseguraron en el Ayuntamiento que hoy tendríamos agua, pero seguimos igual", sostiene la vecina.
El fin de semana tenían previsto acudir a la piscina municipal de Álora, pero "cerró el sábado a mediodía". "Es una locura. Me parece fatal, porque sabiendo la situación que tenemos deberían haber habilitado el domingo para bañarse", asevera. Aunque el Consistorio "rectificó", asegura, la intención de los responsables era, además, "cobrar" por hacer uso de estas instalaciones. "Me dijeron que teníamos que pagar 3,50 euros por persona porque el depósito también se gastaba; era surrealista. No fui porque me negaba a pagar casi 20 euros por bañarme", critica esta residente.
En Álora, los vehículos arrumbados entre los limoneros derribados, los escombros amontonados en las puertas de las fincas y los hoyos que dejan las pisadas en el fango del camino evidencian lo “mucho que queda por hacer”. Los damnificados no quieren aún pensar en los daños materiales; tampoco cuánto tardarán en volver a vivir en sus casas. De momento, agradecen “estar vivos y poder contarlo”. Lo que más lamentan, en conjunto, es que las administraciones no tomen cartas en el asunto para realizar “una caja grande al río” o un “dique de contención” que frene la fuerza del agua. Pero, sobre todo, exigen limpiezas periódicas en el cauce, que se atora con cañas más pronto que tarde cuando llueve torrencialmente.
Cabe destacar que todos los municipios de la provincia de Málaga golpeados por las lluvias torrenciales de la pasada semana serán declarados Zona Afectada Gravemente por una Emergencia de Protección Civil –lo que se entiende por zona catastrófica–, y por tanto, se podrán ver beneficiados por las ayudas anunciadas este martes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Además, dentro del paquete de medidas extraordinarias dotado con 10.600 millones de euros para particulares, empresas y autónomos de aquellas localidades donde se han producido fallecidos y grandes daños materiales, el Ejecutivo central incluye a un municipio, sin bien, desde la Subdelegación del Gobierno en Málaga no han precisado de cuál se trata.
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