Los ajustes de cuentas entre presos de Alhaurín de la Torre ponen "en jaque" a los funcionarios

Alertan de que los nuevos sistemas para introducir droga en la cárcel, como los drones, son el detonante de la violencia

Narcodrones, la nueva amenaza en las prisiones de Málaga para 'colar' drogas y móviles: "Nuestro miedo es que entren armas"

Centro penitenciario de Alhaurín de la Torre
Centro penitenciario de Alhaurín de la Torre / Javier Albiñana

Funcionarios de prisiones advertían el pasado mes de diciembre de que los narcodrones eran la nueva amenaza en los centros penitenciarios. Alertaban de que sobrevolaban las cárceles españolas de forma cada vez más habitual, con la pretensión de introducir en ellas los bienes más codiciados entre los presos: drogas y teléfonos móviles. Y lanzaban entonces un aviso: no había inhibidores para evitarlo. El único método de control, apostillaban, no era otro que “mirar al cielo”, y pedían un plan para neutralizar estas aeronaves. Tres meses después, el sindicato ACAIP-UGT eleva, de nuevo, la voz, esta vez para denunciar que el incremento de los “ajustes de cuentas entre internos”, motivados por el tráfico de sustancias prohibidas en el interior, tiene en “jaque a los funcionarios”. Con “plantillas cada vez más exiguas”, la organización destaca la creciente agresividad de los clanes de la droga.

En el escrito difundido recalca que los trabajadores se han debido “multiplicar para atajar los brotes de violencia entre los reclusos”. Apunta además un “significativo aumento” de las incautaciones de drogas por parte de la plantilla, pero que, pese a ello el caballo de batalla siguen siendo los drones, con los que hacen llegar los estupefacientes a los reos gracias a que permiten “la entrada de mayor cantidad” de sustancias respecto a los métodos tradicionales (adosando la droga al cuerpo o tras comunicaciones o salidas de los internos).

ACAIP resalta un inicio de año “caótico” en el centro penitenciario de Alhaurín de la Torre en el que también ha influido la subida, en apenas dos meses, “del 20%”, de la población reclusa. Y, en este punto, acusa a la dirección de no haber “sabido poner freno aumentando los traslados a otros centros”, lo que ha “saturado algunos módulos, especialmente los más conflictivos”. “Obligar a convivir en un espacio diseñado para 70 personas a más de 100 hace que se incrementen los roces y el malestar ente los internos, a la par que dificulta enormemente la labor de los funcionarios, ya que en el mejor de los casos solo hay dos para intervenir ante un hecho violento”, apostilla la organización sindical.

El perfil de los internos que alberga la cárcel de Alhaurín de la Torre, “con la delincuencia organizada vinculada a la Costa del Sol y de múltiples nacionalidades”, es otro aspecto que tensiona “el ya de por si duro trabajo”. ACAIP subraya su “profunda preocupación por la deriva del centro”, y agradece a la plantilla su esfuerzo, “con escaso apoyo y medios”.

Denuncian el "paternalismo" con una interna que agredió a dos funcionarias

La última agresión en la prisión de Alhaurín de la Torre ocurrió hace unas semanas. Las víctimas fueron dos funcionarias, a las qua supuestamente atacó una interna “muy agresiva” en el módulo de mujeres. También la Asociación Tu Abandono Me Puede Matar se pronunció al respecto y relató que la presunta agresora tuvo que ser reducida tras solicitar refuerzos. A una de las funcionarias, la interna le propinó, presuntamente, una patada en la rodilla y, a la otra, le retorció una mano. La presunta agresora fue conducida hasta el módulo de aislamiento, pero al día siguiente “se le permitió regresar al suyo en régimen de vida ordinario”. La asociación denunciaba el “paternalismo bochornoso” de los mandos hacia las reclusas. "Deberían estar aisladas cada vez que hay una agresión, pero, por alguna misteriosa razón, vuelven a coincidir con las funcionarias agredidas, pese a la situación de tensión que se genera", apostillaba el sindicato, que pone el foco en la "falta de medidas contundentes".

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