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El municipio malagueño de Álora intenta, poco a poco, recuperar la normalidad tras las intensas lluvias que el pasado martes descargó la DANA a su paso por la provincia, y que hicieron que el río Guadalhorce se desbordara provocando inundaciones en varias zonas de la localidad. Lo que más preocupa es el abastecimiento de agua potable, puesto que se han llegado a quedar sin suministro más de 7.000 vecinos.
El alcalde, Francisco Martínez, ha explicado que tienen a los cuatro fontaneros del municipio trabajando y que este viernes por la mañana ya han conseguido arrancar una nueva bomba de agua y dar con ella agua potable al 50% del casco urbano, las partes bajas fundamentalmente. La otra mitad sigue sin agua, pero Martínez confía en que esté restablecido al final del día en todo el casco urbano. De esta forma, el 90% de los vecinos volverían a tener ya agua potable.
Tras esto, quedarían cinco puntos de diseminados que están más alejados del pueblo, ubicados en las partes más altas, que todavía no van a tener agua, porque las tuberías que los abastecen, muchas de las cuales pasan por arroyos, están rotas. Se trata de viviendas rurales situadas en las zonas conocidas como Padrilla Alta, Los Llanos y la zona de la Vega Morales. En este caso, el regidor ha explicado que la mayoría cuentan con aljibes, asegurando también que si en algún momento se quedan sin agua, el Consistorio les enviará cubas. De hecho, la residencia de ancianos Santa Ana, en Padrilla Alta, ya lo ha solicitado.
Mientras tanto, las tareas de limpieza continúan, con la ayuda de un centenar de efectivos del Infoca, además de voluntarios de Cruz Roja y también del Frente Boquerón, que se han desplazado a la localidad, según ha señalado el alcalde, que ha agradecido la solidaridad.
Con respecto al medio centenar de vecinos que estaban incomunicados, poco a poco se va abriendo paso en los caminos rurales, aunque aún quedan unas 10 o 15 familias que no pueden transitar por los accesos a sus viviendas. El propio alcalde se está movilizando para llevar agua y comida a las personas mayores que no pueden desplazarse.
En Pizarra, el alcalde, Félix Lozano, ha dicho este viernes que la situación está "medio controlada". Siguen quitando barro y ayudando a las familias que más han sufrido los daños de las inundaciones, sobre todo en las zonas rurales. Varias familias han tenido que ser realojadas con familiares porque el agua les entró de lleno en sus casas.
En este municipio, el principal problema está en la carretera de acceso principal al pueblo, que ha quedado muy dañada. La riada se llevó por delante unos 400 metros de calzada, que "prácticamente han desaparecido", afirma el alcalde, que ha señalado que el lunes empezarán con su reparación. Asimismo, el desbordamiento del río Guadalhorce en este punto también provocó numerosos daños en fincas de naranjas y limones en la zona de La Vega.
La localidad, al igual que Álora, Cártama y Valle de Abdalajís, ha pedido la declaración de zona catastrófica.
En Cártama, el otro municipio del Valle del Guadalhorce que más afectado se vio por la DANA, también hay personas que lo han perdido todo. Las tareas para retirar el lodo de las calles, casas anegadas y reparar caminos continúa. Los vecinos también están teniendo problemas con el agua potable por la inmensa cantidad de barro que ha entrado en los pozos principales.
El alcalde, Jorge Gallardo, ha explicado que la pasada noche tuvieron que cortar el suministro, aunque esta mañana se volvió a restablecer. Alrededor de un millar de vecinos están sin suministro, fundamentalmente en las zonas de la Loma de Tres Leguas y Aljaima.
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