Los cultivos subtropicales demandan el 80% de los recursos hídricos

El incremento de la población y la presencia de más de 14.000 hectáreas de cultivos de aguacates y mangos en la Axarquía han generado un "consumo desmesurado de agua"

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Coloquio sobre el cambio climático y sus efectos en la agricultura malagueña / Gema Rubio Galo

Málaga/En Málaga, el cambio climático se ha manifestado de manera contundente, dejando una marca imborrable en su agricultura, especialmente en los cultivos subtropicales, que han sido una fuente de vida y economía tanto para la provincia como para el país. En un coloquio encabezado por destacados expertos en la materia, se ha discutido a fondo la situación actual, los desafíos y las posibles estrategias para mitigar los efectos adversos. El punto crítico ha residido en el uso del agua para el riego de cultivos subtropicales, que demanda el 80% de los recursos hídricos nacionales.

El panel ha estado integrado por destacados expertos en la materia: Iñaki Hormaza, reconocido por su doctorado en Biología Vegetal de la Universidad de California y su rol como profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, además de ser vicedirector del IHSM La MayoraLa Mayora en Málaga. También ha participado José Damián Ruiz, catedrático de Geografía Física en la Universidad de Málaga y miembro de la Academia malagueña de Ciencias. Antonio Heredia, catedrático de Biología Molecular y Bioquímica en la Universidad de Málaga, actuó como moderador.

Ruiz Sinoga ha enfatizado la crítica escasez de agua, "una anomalía recurrente en el mediterráneo que ha afectado severamente a la agricultura". Ha destacado que la demanda de agua por parte de los cultivos subtropicales, especialmente en la Axarquía, ha exacerbado la crisis hídrica, poniendo en riesgo no solo la viabilidad de los cultivos, sino también el equilibrio del ecosistema.

Por su parte, Hormaza ha hecho hincapié en la necesidad urgente de una gestión más eficiente de los recursos hídricos, dimensionando las áreas de cultivo en función del agua disponible. El incremento de la población y la presencia de más de 14.000 hectáreas de cultivos de aguacates y mangos en la Axarquía han generado un "consumo desmesurado de agua".

El vicerrector de La Mayora ha señalado que la eficiencia en el uso del agua es esencial para la sostenibilidad de la agricultura, especialmente en el caso de los cultivos subtropicales en Málaga, que consumen una cantidad significativa de recursos hídricos. Al destacar que una hectárea equivale a 8.000 metros cúbicos de agua al año, ha enfatizado la necesidad de ajustar la huella hídrica en función de la producción de frutas.

Asimismo, ha subrayado una medida para reducir la demanda de agua por hectárea a 5.000 metros cúbicos anuales en el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora para mitigar la presión sobre los recursos hídricos.

El panel ha propuesto diversas estrategias, desde la optimización de recursos hídricos hasta la implementación de tecnologías más eficientes en el riego, como el riego por goteo de bajo caudal. La discusión también ha abordado los desafíos socioeconómicos, como el impacto del turismo y la necesidad de una planificación integral que equilibre las necesidades del sector agrícola con la preservación del medio ambiente.

Ruiz Sinoga ha manifestado la necesidad de una "planificación cuidadosa" para determinar cómo se distribuye el agua disponible, ya sea para el turismo o para el cultivo de frutas. "La labor de la administración es la gestión de este recurso, tiene que tener claro cómo gestionarla y a partir de ahí a qué quieren dedicar el agua, si al turismo o a la agricultura. Lo que no se puede hacer es garantizar a los turistas que hay disponibilidad de agua, cuando en realidad enfrentamos escasez. No se puede mirar para otro lado".

Además, ha insistido en la importancia de una gestión efectiva para lograr un equilibrio sostenible entre las diversas demandas de agua en la comarca y en la provincia.

Del mismo modo, se ha debatido sobre la viabilidad del uso de agua regenerada, con opiniones divididas sobre su eficacia y costos asociados. Hormaza ha indicado la importancia de estudiar la calidad del agua regenerada para asegurar que sea adecuada para su uso en la agricultura, enfocándose en encontrar la mezcla óptima que no afecte ni al suelo ni a las plantas. Sin embargo, el catedrático de Geografía Física ha advertido sobre los altos niveles de salinidad presentes en algunas aguas regeneradas, señalando que su uso podría plantear riesgos para los cultivos.

En última instancia, se ha subrayado la relevancia de que la ciencia se involucre activamente en la formulación de políticas y en la concientización pública, trasladando el conocimiento científico de manera clara y precisa a la sociedad. Se ha instado a una mayor colaboración entre científicos, instituciones y administradores para abordar de manera efectiva los desafíos del cambio climático en la agricultura.

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