Doce años de uno de los peores incendios de la historia de Málaga

Se cumplen 12 años del que está considerado uno de los peores incendios que se han vivido en la provincia de Málaga. Ocurrió un 30 de agosto de 2012 y durante los cuatro días que estuvo activo el incendio se calcinaron 8.500 hectáreas. En su momento se señaló que el origen del fuego tuvo lugar en Coín, por una quema de poda no autorizada, aunque no se pudo probar la procedencia exacta. El fuego se extendió hasta otras localidades, Mijas, Marbella, Ojén, Monda y Alhaurín el Grande. A la pérdida de vegetación y fauna en estos terrenos, se sumó el fallecimiento de dos personas en el incendio, además cuatro resultaron heridas. El dispositivo de prevención movilizó a 1.100 efectivos, entre ellos 140 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y fue necesario activar el nivel 2 de emergencia.

El incendio se dio por controlado dos días después, el 2 de septiembre, y por extinguido el 4; afectando a 510 hectáreas de Coín, 163 de Alhaurín el Grande, 2.379 hectáreas en Mijas, 1.900 en Marbella y 3.394 hectáreas en Ojén. En total, 8.582 hectáreas, la mayoría de suelo forestal.

Pérdidas de flora, fauna, materiales y humanas

Durante los cuatro días que se mantuvo activo el incendio se desalojó a más de 5.000 personas de sus viviendas de forma preventiva. A su paso, las llamas calcinaron decenas de viviendas, vehículos, infraestructuras urbanas, parajes naturales de enorme valor ecológico y la vida de dos personas que fueron sorprendidas por el fuego.

El usuario de X (antiguo Twitter) @mijasmeteo, ha recordado este desastre medioambiental señalando las pérdidas de especies de flora y fauna que sufrió la Sierra Alpujata (que se encuentra entre Sierra Blanca y Sierra de Mijas). En concreto, se extinguieron dos especies de flora endémicas de la zona, la Silene fernandezii y Armeria villosa.

Juicio por el incendio 10 años más tarde

En el año 2023, el sospechoso de provocar este incendio fue llevado a juicio, pero fue absuelto. Según el escrito inicial presentado por el fiscal de Medio Ambiente, el procesado desempeñaba labores de mantenimiento y cuidado de una vivienda ubicada en el paraje conocido como Barranco Blanco de Coín, desde donde el fuego se extendió. La finca era propiedad de un ciudadano belga que no residía de forma permanente en el lugar y con el que tenía un acuerdo verbal para dicha tareas. El día del incendio la temperatura ambiente era de 37,6 grados, con una humedad relativa del aire de 18,1% y un viento de nueve kilómetros por ahora.

La probabilidad de ignición era del 80%, lo que suponía "un índice de peligro de incendios de alarma extrema -peligro extremo-". El acusado fue a realizar sus obligaciones, estando el dueño en su país, y antes de las 18:50 horas, con estas condiciones climatológicas, encendió una hoguera para quema de poda de vegetación de jardinería. Según el escrito de la acusación, el procesado llevó a cabo esta acción supuestamente "careciendo de autorización administrativa para ello, incumpliendo normativas", como la de prevención de incendios forestales; además de "sin adoptar las mínimas medidas de precaución adecuadas". Por su parte el sospecho negó estos hechos en el juicio. Finalmente, la Sección Novena de la Audiencia de Málaga absolvió a esta persona, ya que no pudieron determinar el punto de origen del fuego.