La geopolítica que 'mata' a la cabra malagueña: Holanda tira los precios de la leche en España
Países Bajos está vendiendo sus excedentes en España a un precio "muy barato" tras dejar de exportar a China
Los ganaderos de la provincia aseguran que su situación es "ruinosa"
El sector caprino malagueño se lanza a la inteligencia artificial
El sector caprino malagueño vive uno de sus años más complicados. Después de la crisis económica de la pandemia y la sequía de los últimos años, se une un eslabón más a la penitencia de los cabreros malagueños. China ha dejado de importar leche de Países Bajos, que ha cautivado a la industria española con sus bajos precios mientras los ganaderos españoles se ven obligados a vender bajo costes de producción.
Ahora a Holanda le sobra leche y está terminando de conquistar el mercado español. Tanto, que algunos ganaderos ya se plantean la retirada. "Si no hay estabilidad en los precios para el próximo otoño, muchos mandarán su rebaño al matadero y abandonarán su explotación", asegura Antonio Rodríguez, responsable de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag) en Málaga.
El coste es un 25% mayor que lo que les pagan
Ganadero con un millar de cabezas de cabras en Sedella asegura que la situación actual del sector caprino en la provincia es "ruinosa". En datos, según el Observatorio de Precios y Mercados de 2023 de la Junta de Andalucía, región en la que más cabezas hay de España, el coste de producción de leche de cabra se sitúa entre los 1,07 euros y los 1,11 euros el litro.
Supone un 25% menos que el precio al que actualmente se vende la leche. "Estamos incluso por debajo de los 80 céntimos", asegura Rodríguez. Es el valor que ponen a la leche los grandes operadores de la industria en España que obligan a los ganaderos malagueños a firmar estos contratos ante el abaratamiento de la leche holandesa.
Una competencia de años
"La industria piensa en el corto plazo y se va a desmantelar la leche de proximidad y de calidad en el medio plazo y al final Holanda terminará por subir los precios", analiza el responsable de Coag en conversación con este periódico. En cualquier caso, aunque la retirada del mercado asiático se ha producido en el último año, la competencia con la leche de cabra procedente de Países Bajos no es reciente.
Se trata de una carrera que viene de largo. España era la principal productora de leche de cabra –con la fabricación de queso como destino mayoritario– hace poco más de un lustro, pero sucesivas decisiones –también políticas y estructurales– han dejado caer esta actividad ahora liderada en el continente europeo tanto por la industria de Países Bajos como la de Francia.
Abandono de las explotaciones
La obviedad de la nula rentabilidad de producir bajo costes de producción no solo hace que los ganaderos –"con una media de edad cercana a los 60 años"– abandones sus explotaciones, sino que el relevo generacional del sector sea prácticamente inexistente. Ni siquiera con el anuncio de proyectos para digitalizar el sector. "Una empresa que no cubre costes no puede meterse en ninguna inversión", razona Rodríguez.
Unos costes de producción que precisamente se han vuelto a incrementar en el último trimestre del año. "Se habían rebajado un poco en la compra de forraje y heno, pero ahora tenemos un coste añadido por la sequía, algunos ganaderos tenemos que comprar cubas de agua porque se han agotado o secado los pozos", recuerda la misma fuente.
El auxilio del caprino malagueño pasa por las iniciativas gubernamentales. "Que un país no se plantee asegurar la alimentación de sus ciudadanos...", deja caer el responsable de Coag en Málaga, que insta a la instituciones a un mayor control de la Ley de Cadena Alimentaria. "Es una cláusula en los contratos que si no la firmas, aunque tu precio no cubra costes, tienes que tirar la leche".
Salvar a la cabra malagueña no solo es una cuestión de soberanía alimentaria, sino que implica más valor añadido. De extinguirse la ganadería caprina en Málaga, "se desmantela al completo el pastoreo, el cuidado de montes públicos y la dinámica económica del medio rural", sentencia Rodríguez con la esperanza de que en otoño suavicen las temperaturas y la tensión del mercado tras la irrupción de la leche holandesa.
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