El golf, un aliado de la Costa del Sol para atraer al turista de clase alta
La 'Costa del Golf' cuenta con el 67 % del total de los campos que hay Andalucía repartidos en 16 de sus municipios, desde Málaga a Casares, pasando por Torremolinos, Benalmádena, Mijas, Marbella o Estepona
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El golf ha demostrado ser un aliado fundamental para combatir la estacionalidad en la Costa del Sol porque atrae en invierno a un turista con poder adquisitivo al que seduce la variedad de campos para elegir, las buenas temperaturas y la oferta de ocio complementaria.
Con más de setenta campos de golf -algunos de ellos entre los mejores de España, como Finca Cortesín o La Zagaleta- la Costa del sol es el destino de la Europa continental con mayor concentración de espacios destinados a la práctica de este deporte.
El golf se ha convertido en una pieza "clave" para el sector, señala el director del complejo hotelero cinco estrellas gran lujo La Zambra -antiguo Byblos-, Joost Kruissen, quien explica que esto se debe, en gran medida, a que la Costa del Sol tiene "mucha fama y es muy conocida entre los golfistas" en Europa.
Los hay que "invierten mucho dinero en jugar en buenos campos" y es eso lo que prima a la hora de elegir ubicación, y quienes buscan una combinación entre deporte, lujo y confort, detalla Kruissen.
La provincia de Málaga es la que más campos atesora en todo el país y la tercera en número de licencias de golf, tras Madrid y Barcelona. Estas superan las 18.000 y representan aproximadamente el 6,7 % del total de federados, según datos de la Federación Española de Golf.
Una oferta "imbatible" en la 'Costa del Golf'
La oferta para practicar este deporte en la conocida como la Costa del Golf "es imbatible". Solo en Mijas hay más de una docena de campos, comenta el director de este exclusivo complejo hotelero, ubicado entre dos de ellos y muy vinculado a esta actividad deportiva.
De hecho, la Costa del Golf cuenta con el 67 % del total de los campos que hay en la comunidad autónoma andaluza, repartidos en dieciséis de sus municipios, desde Málaga a Casares, pasando por Torremolinos, Benalmádena, Mijas, Marbella o Estepona.
Cada año llegan a Andalucía unos 700.000 viajeros para jugar al golf, lo que supone un 2 % del total de turistas que visitan la región, según datos del II Informe de Impacto Económico del Golf en España, realizado por la IE University a instancias de la Real Federación Española de Golf y la Asociación Española de Campos de Golf.
El golf en la Costa del Sol es, además de un potente motor turístico, un importante generador de empleo y de actividad económica y un catalizador de la inversión inmobiliaria, ya que no son pocos los que deciden comprar a la luz de este deporte.
El impacto económico directo generado por el turismo internacional de golf en Andalucía alcanzó los 1.757 millones de euros en 2024 y en lo que se refiere a inversión inmobiliaria, esta se estima en 602 millones de euros anuales.
Un visitante que regresa con frecuencia
Este tipo de turista se aloja en hoteles próximos a campos de golf, suele contratar paquetes turísticos, es mucho más recurrente y tiene el doble de probabilidades de regresar una vez al mes o de organizar mínimo una visita al trimestre o al semestre.
Con pernoctaciones medias próximas a los 12 días, frente a los 7,5 días que se queda el turista tradicional, este visitante realizó un gasto medio de 352 euros por persona y día, de los que el 85 % va a sectores complementarios como el hotelero, la restauración o el transporte, señala el informe.
El turista de golf requiere de actividades y servicios directamente vinculados al deporte, como el de 'buggy' o 'caddy master', pero también de otros que no lo están, como pueden ser tratamientos de balneario, fisioterapia, peluquería o cuidado de niños, apunta el director de La Zambra.
En su versión más clásica, este visitante de la Costa del Sol suele viajar acompañado, dice Kruissen, por lo que también se plantean actividades alternativas para realizar en grupo, en pareja o para el acompañante -si no es golfista-, e incluso para los niños.
El viajero de golf se caracteriza por tener una estacionalidad diferente a la de otros tipos de turismo, ya que las épocas pico del golf no coinciden con los momentos de mayor afluencia del sol y playa.
Viaja en temporada baja y "eso ayuda"
El golfista viaja a la Costa del Sol en temporada baja y "eso ayuda enormemente", destaca Joost Kruissen, muy consciente de que gran parte de su cliente potencial es el jugador de golf que se desplaza a Málaga atraído por la posibilidad de jugar con sol y sin lluvia.
Y es que la temporada alta en este destino comienza en octubre y finaliza en mayo, explica a EFE el golfista sueco fundador de la Golf & Sports Academy, Peter Gustafsson.
Entre los golfistas, hay dos tipos: los que tienen residencia en Málaga y pasan en el sur la temporada de invierno y los que se desplazan específicamente hasta la Costa del Sol para estar unos días con familia o amigos y jugar al golf, añade Gustafsson.
La diferencia más notable entre el turista de golf y el resto de visitantes estriba, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en cuanto al nivel de renta de uno y otro. El poder adquisitivo del aficionado al golf es considerablemente más alto que el del turista medio.
El turismo de golf está experimentando una evolución hacia una mayor sostenibilidad, accesibilidad y diversidad de experiencias, y hoy los golfistas buscan algo más que practicar deporte, les atrae disfrutar de un viaje integral que incluya opciones de bienestar, gastronomía y entretenimiento.
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