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El 'infierno' de los 101 kilómetros de Ronda

Más de 7.000 corredores toman la salida en una de las pruebas más duras del circuito internacional

Los corredores, durante uno de los avituallamientos.
Javier Flores / Ronda

13 de mayo 2012 - 05:01

Nadie quería calor. Incluso la alcaldesa de Ronda, Mari Paz Fernández, decía que "no nos acompaña en tiempo" al inicio de la carrera, pero nada fue un obstáculo para que más de 7.000 corredores tomasen ayer la salida de los 101 kilómetros de la Legión. Una prueba que se encuentra calificada como una de las más duras del circuito internacional, pero que nadie quiere perderse. Eso sí, la gran mayoría de los participantes únicamente tiene un objetivo, llegar a la meta y hacerlo dentro del plazo máximo de 24 horas que marca la organización. Tan solo una decena de elegidos son los que parten con opciones de ganar alguna de las tres modalidades existentes (marcha, bicicleta y duatlon), sin que el resto llegue a plantearse ni la posibilidad de luchar por la victoria. Algunos se conforman con ir mejorando sus tiempos cada año que participan en la misma.

Ayer el intenso calor convirtió el recorrido en un "infierno", decían algunos de los corredores, que no dejaron de recurrir a los puntos de agua y avituallamiento que se establecen en el recorrido. En el caso de los marchadores, cada cinco kilómetros tienen la opción de beber, comer fruta o tomar algún tipo de chocolate o barra energética. Tal era el calor reinante, que se pudieron ver ingenios de todo tipo para tratar de mitigarlo. Los hubo que no dudaron en acudir con la sombrilla de la playa, otros recurrieron a los sombreros y la mayoría apostó por las modernas gorras con capas de respiración.

Entre los aspectos llamativos estuvieron una vez más los atuendos para participar, que pasaron por los ya tradicionales samuray, un enganche de triciclo tirado por cuatro ciclistas, un abuelo que desafía todas las nuevas tecnologías de la ropa deportiva (compite con ropa de calle, garrote y sombrero de paja), aquellos que se llevan en jamón ibérico para ir reponiendo fuerzas en el camino o quienes prefieren emular al conocido correcaminos con su imagen en el casco y un globo a la espalda. Tampoco faltaron los corredores que cubren el recorrido en modernos monopatines, todo un reto en la modalidad sobre ruedas. Mil estampas para los 101 kilómetros.

Y mientras los más rápidos logran ir completando los 101 kilómetros a lo largo de la noche, los más rezagados todavía estarán hoy en el camino hasta las 11:00, hora límite para hacer la entrada en la meta situada en la Alameda de Ronda, en pleno centro de la ciudad. Para entonces la mayoría ya habrá decido volver el próximo año. Unos para lograr terminar si este año no lo hicieron, y otros para mejorar sus tiempos.

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