El ‘sí quiero’ que inspiró Marc Anthony en Marenostrum Fuengirola

Fuengirola/Miguel Ángel García y Katya Fernández son dos granadinos que el pasado sábado se dieron el 'sí quiero' tras más de dos años de convivencia, en un enlace fraguado en el concierto que ofreció el portorrqiueño Marc Anthony en el festival Marenostrum Fuengirola el 26 de junio del pasado año, donde tuvo lugar la pedida de mano ante 17.000 personas.

El retraso de la puesta del escena del artista sirvió a Miguel Ángel para hacer de manera pública la petición, que previo acuerdo con la organización del festival, saco una cartulina naranja mientras le apuntaban todas las cámaras en la que podía leerse "Amore, mi sueño es casarme contigo... ¿Me ayudas a cumplirlo?. Te quiero". La respuesta fue un sí tras la entrega del anillo, acompañada de una ola de los asistentes al concierto, en un acto que se hizo viral en las redes.

Poco más de un año después, la pareja ha consolidado su enlace en una ceremonia civil que tuvo lugar el pasado sábado, 9 de septiembre, en un cortijo del pueblo de Otura, cercano a Granada, rodeada de amigos y familiares en una fiesta que contó con unos 70 asistentes y en la que no faltaron las canciones de Marc Anthony para celebrar la boda.

El convite contó con “lasaña de gambón, solomillo de vaca rubia o salmón en una salsa parmentier, brownie con helado de nata”, photocoll y “regalos para todos”, ha señalado García, en una ceremonia en la que no han faltado los detalles y la pareja ha regalado a cada uno de los invitados un décimo de lotería para la Navidad impreso en la invitación con el número 9923.

Las “sorpresas, las lágrimas y los nervios” se sucedieron a lo largo del festín, con una actuación de “mariachis” debido a la devoción que tiene la pareja por la “música latina”, sesión DJ de un amigo de la infancia o un baile con caballos que hicieron que la velada saliera “a pedir de boca, con mucho amor y mucho cariño”, ha relatado el granadino.

La boda se ha organizado “sin prisa, pero sin pausa” durante un año y 3 meses, también huyendo del calor de Granada en verano, con la búsqueda del sitio y fecha donde celebrar el convite que “se adaptara a nosotros, porque nosotros somos de irnos de vacaciones de cortijo todos juntos”. Luego vinieron las pruebas de los trajes en diciembre, del catering y el baile con “muchas canciones de Marc Anthony durante los momentos más bonitos”; o el aderezo de los hijos. “Somos una familia de trabajadores, pero esto ha sido una boda de postín porque ha habido mucho cariño, ha apuntillado.

“Los sueños se hacen realidad”

La historia de Miguel Ángel y Katya pone de manifiesto que “el amor existe” y que “los sueños se hacen realidad. No hay que esperarlos ni buscarlos, vienen”, ha indicado García emocionado horas antes de partir para celebrar la luna de miel, en la que el matrimonio recorrerá el Mar Adriático, Grecia, Turquía y el Mar Egeo durante los próximos 10 días.

La pareja se conoció en enero de 2021 a través de la red social Tinder, ambos separados, y dos meses después ya comenzaron una convivencia que se ha sellado con la boda celebrada el pasado sábado. Taxista de profesión de 52 años y asesora de belleza de 53, ambos han creado una nueva familia compuesta por los 3 hijos de Katya y los 2 de Miguel Ángel en Maracena (Granada).

A los 9 meses de conocerse, Katya regaló a Miguel Ángel por su cumpleaños las entradas para ver a Marc Anthony en Marenostrum Fuengirola, una actuación que se retrasó un año debido a las restricciones marcadas a causa de la pandemia de Covid-19. En esa “contienda” que ambos mantenían para sorprenderse mutuamente, él decidió pedirle la mano durante la actuación, que tuvo lugar con la canción ‘Quiero casarme contigo’ de Carlos Vives de fondo. “Empecé a hablar con Marenostrum a través de Messenger con meses de antelación”, ha recordado.

“Nosotros tenemos a Marc Anthony en bucle todo el día en el teléfono, es nuestro artista preferido a día de hoy. ‘Tu amor me hace bien’ fue una de las primeras canciones que empecé a compartir a ella en Facebook cuando nos conocimos y sentimos que muchas de sus letras son nuestras”, relató García tras la pedida de mano.

Ambos miran hacia el futuro con un sueño común: “Comprarnos algo porque yo tengo mi negocio y ella su casa y su trabajo, y ahora es comprarnos un cortijo o alguna vivienda que sea de los dos, y en un futuro lejano esa será la herencia para nuestros hijos”, ha señalado.