El sector caprino malagueño se lanza a la inteligencia artificial: "El objetivo es monitorizar todas las granjas"

Una colaboración público-privada prepara una nube de datos para automatizar la actividad

La selección de "todos los volúmenes de datos" permitirá crear algoritmos de predicción

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Un rebaño de cabras
Un rebaño de cabras / M.H.

Una luz roja cada vez que la composición de urea en la leche de cabra presente alguna anomalía. "Queremos tomar decisiones a la velocidad que va la vida", afirma Javier Pleguezuelos, técnico de Dcoop. Este dato indica si la dieta de estos animales está siendo equilibrada, y no será el único. Preparan un proyecto con el que aspiran a transformar el sector caprino malagueño. Un cuadro de mando recopilará a diario toneladas de información de las granjas de la provincia. "A partir de ahí, desarrollaremos algoritmos de inteligencia artificial". La ola de la Málaga tecnológica ya salpica en las cumbres.

"Tenemos que adaptarnos a usar las mismas herramientas que otros sectores", afirma Pleguezuelos, coordinador de este proyecto cuyo objetivo es "monitorizar todas las granjas". Lo harán buceando en los datos que hasta ahora han dormido en facturas, albaranes o pilas de folios de las gestorías de los propios cabreros. "Hay muchísima información que no está procesada y que vamos a recopilar, ordenar y filtrar para crear índices técnicos que ayuden al ganadero a alcanzar los objetivos que se proponga", explica en conversación con Málaga Hoy.

Desde emisión de gases al consumo de forraje

La iniciativa cuenta con el apoyo técnico de la empresa granadina Cívica, especializada en ciencia de datos. Será la encargada, junto a la Universidad de Sevilla y otras instituciones, de crear la nube de datos compartidos en las que se compararán no sólo las diferentes explotaciones caprinas de Málaga –"el núcleo más potente está aquí", confirma Pleguezuelos–, sino de toda Andalucía. El monitoreo de millones de datos de Resilence Cloud For Goat –el nombre que recibe el proyecto– permitirá "ver los puntos fuertes y débiles de cada granja y plantear soluciones a muchas dudas que viven en la ignorancia".

Propuestas que no sólo se van a nutrir de la composición química de la leche o los análisis pertinentes de los animales, sino que también van a sumarse indicadores como los datos productivos, los costes de producción, el uso de medicamentos, la cantidad de alimento, los gases de efecto invernadero o la capacidad de un rebaño para mitigar el dióxido de carbono del ambiente. "Aunque parezca mentira también sale de la información de lo que consumen las cabras, lo que producen y dónde pastan", aclara el responsable de este proyecto que lidera Dcoop.

La posesión de más información, argumenta, se traducirá en una posición más "fuerte" del cabrero ante las negociaciones con las "grandes industrias" y frente a la creciente competencia europea –sobre todo del mercado holandés–. El cuadro de mando no sólo le notifica una patología en su explotación de una forma más rápida, sino que conocerá al milímetro los costes de producción y cómo optimizarlos. "Hay que dejar el lápiz y el papel a un lado, ahora nos toca a nosotros", justifica Pleguezuelos, que afirma que esta "manera diferente de trabajar el caprino" será una realidad el año que viene.

Inteligencia artificial para predecir el futuro

Al cuadro de control, compuesto por gráficas, índices y valores le seguirá la creación de algoritmos. Formular inteligencia artificial es el siguiente paso que sigue al proceso de organización y análisis de "todos los volúmenes de datos" de los que se dispone del sector caprino malagueño. No obstante, "sin tener una estructura de datos potente no es viable", advierte Pleguezuelos, quien insiste sobre la importancia de ese primer proceso de cribado de calidad.

Una vez superado ese estadio, la cabra malagueña podrá anteponerse con mayor facilidad a cualquier tipo de situación para minimizar el riesgo en la toma de decisiones gracias a la visualización de datos de explotación en tiempo real. "Tenemos que conectar la base de datos en la que estamos trabajando con la inteligencia artificial". Todo, mientras el cabrero sigue centrado en producir: "Habrá cierta información que tendrá que tomar, pero la mayoría ya la recopila desde hace años, forma parte de su día a día y más con las nuevas normativas".

Los cabreros, un siglo de algoritmos y matrices

El binomio tecnología-cabreros viene de lejos. La federación de razas autóctonas de esta especie en Andalucía –Cabrandalucía– también colabora en el proyecto. La institución federativa acumula una experiencia centenaria en materia de predicción. "El sector caprino lleva muchos años haciendo lo que luego se ha llamado big data", recuerda la misma fuente. Sobre todo, en materia genética. Los programas de mejora de las especies no han dejado de estar formados por algoritmos y matrices que "trataban de predecir cuánto iba a ser de bueno un animal".

"Hay mucha tecnología de base ahí". Pero hasta ahora solo eran unos pocos los ganaderos que tenían acceso a este tipo de mecanismos. La iniciativa que ahora presentan las cooperativas andaluzas, lideradas por la multinacional antequerana, aspira a democratizar la valiosa información del dato hasta el último cabrero de la provincia. "Estamos en la era que estamos y tenemos que usar toda la información que tenemos a nuestra disposición para ponerla a disposición del ganadero". La era de la inteligencia artificial ya ha llegado a las cumbres.

La leche holandesa amenaza al sector

Uno de los motivos por los que el sector caprino malagueño aspira a esta modernización es para fortalecer su posición ante sus principales competidores. Y el mercado holandés se consolida como la principal amenaza. Los excedentes que China rechaza de este mercado están calando en España a un precio menor que los que fijan los ganaderos nacionales, que han tenido que tirar el valor por debajo de los costes de producción. A principios de año, el litro de leche de cabra se vendía a 1,032 euros el litro, mientras que en estos momentos la intención de los ganaderos es bajar hasta los 85 céntimos, un 25% menos que los propios costes de producción que recogió la Junta de Andalucía en su Observatorio de Precios y Mercados de 2023. “Es incompatible con la sostenibilidad económica de las pequeñas y medianas explotaciones”, subraya Antonio Rodríguez, responsable de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en Málaga.

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