La joven trans que denunció una agresión en Torremolinos: "Pensaba que era mi final"
La Policía ha citado a la mujer a declarar para investigar los hechos que ha puesto en conocimiento del juzgado
Una joven trans denuncia en Torremolinos la agresión de un portero en Nochevieja: "Ni a un animal se le trata así"
La joven trans de 27 años que ha denunciado a un portero de una discoteca de Torremolinos y a una clienta por una presunta agresión tránsfoba en Nochevieja se recupera física y emocionalmente de los daños que, asegura, sufrió tras los golpes. "Pensaba que era el final de mi vida", reconoce en declaraciones a este periódico. Sigue asustada por las represalias que puedan tomar contra ella tras haber pedido al juzgado investigar lo sucedido, pero quiere alzar la voz para que se depuren responsabilidades.
La Policía Nacional la ha citado a declarar la próxima semana para que aporte su versión de los hechos. Asimismo, el Ayuntamiento de Torremolinos ha puesto sus recursos a disposición de la víctima, que es marroquí, a través del concejal de seguridad. Está previsto que ambos mantengan un encuentro estos días para conocer los detalles de la agresión que denuncia.
Con dificultad para hablar, A. G., sostiene que tiene "la boca bloqueada". "No puedo comer ni abrirla bien por el puñetazo que me dieron", subraya. Según su versión, que ha compartido con este periódico, lo que comenzó con un roce accidental con otra clienta del local de ocio derivó en una noche de terror. Un vaso roto en su cara, supuestos insultos por su identidad de género y una expulsión violenta. Pero ahí no acabó el mal trago. Cuando intentó entrar, de nuevo, en la discoteca para recuperar sus pertenencias, fue golpeada de nuevo. Y llegó, apostilla, a desvanecerse.
La mujer recuerda que tuvo un "choque fortuito" con una mujer, "a la que no conocía" y que "respondió agresivamente" estrellándole, al parecer, un vaso de cristal en el rostro. "Yo estaba bailando cuando mi espalda rozó con la suya", resalta. Tras ello, según ha hecho constar en la denuncia a la que ha tenido acceso este periódico, comenzó a gritar "en estado de crisis" al percatarse de que sangraba en abundancia.
En ese momento, según su testimonio, un portero del local y un camarero, la “agarraron”, “sin interesarse por lo sucedido”, y “comenzaron a zarandearla”, al tiempo que proferían, presuntamente, insultos contra ella que aludían a su identidad de género. Después, la evacuaron, recuerda, por la puerta trasera de la discoteca, hasta expulsarla a la vía pública. “Yo no hice nada malo. Estaba herida y ni siquiera me preguntaron qué había pasado. Estaba alterada; debieron respetarme. Ni me preguntaron lo que pasó”, apostilla la denunciante, que asegura haber sido víctima de un delito de odio y espera que los investigadores puedan acceder a las imágenes de las cámaras de seguridad del negocio para constatar los hechos que denuncia.
La víctima relata que regresó a la entrada principal de la discoteca con la intención de recuperar su bolso y su móvil. De nuevo, “un grupo de varones” –cree que fueron los mismos agresores, entre los que se encuentran el portero y el camarero– le asestaron un fuerte golpe “con gran hostilidad” que hizo que cayera al suelo y llegara a perder, por unos instantes, la conciencia. Quedó aturdida. Ahora solo recuerda el rostro del portero y las "patadas y puñetazos" que siguieron lanzándole. “Yo estaba muy asustada. Vinieron corriendo detrás de mí. Pensaba que me iban a matar y gritaba: ‘¡Policía, policía!”, describe.
Varias testigos acudierion en su auxilio. Fueron ellas quienes dieron aviso a la Policía. A.G., contactó después con el Equipo de Atención a la Mujer (EAM), un recurso social especializado en la atención a víctimas de la violencia doméstica y de delitos de odio. "Este tipo de agresiones no se pueden tolerar ni pasar por alto", advierten desde el colectivo, que la acompañaron hasta un centro de salud. Las profesionales constataron el “pavor” que sufría y la “situación de desamparo” en la que se encontraba tras la agresión denunciada. Afirman que tuvo que recibir “atención psisocial por daños psicológicos”. Este miércoles, al filo del mediodía, la joven recibió el alta médica en el Hospital Clínico de Málaga, al que había sido derivada.
"Unirnos contra la transfobia y la violencia de género es vital"
La joven agradece las muestras de apoyo que en estos días se han sucedido. La Federación Andaluza LGTBI+ ha sido uno de los colectivos que se ha pronunciado a través de las redes sociales para condenar "firmemente la agresión transfóbica". "Unirnos contra la transfobia y la violencia de género es vital. Lucharemos incansablemente por la protección de todos los derechos. Mucho ánimo A.G", han escrito en una publicación.
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