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La marca Mango de Málaga, propiedad de la Asociación España de Tropicales (AET), arranca la tercera campaña desde su puesta en marcha con el objetivo de reconocer la calidad en origen y potenciar la demanda europea. Operadores, productores y empresas transformadoras se unieron en 2022 bajo el paraguas de este distintivo que "reconoce la calidad en origen de un fruto único por su sabor y propiedades organolépticas; unas características distintivas derivadas de las singularidades climáticas y las especiales condiciones del territorio en el que se cultiva más del 85% de todo el mango que se produce en la Unión Europea", han señalado en un comunicado.
Tras su lanzamiento y desarrollo "con notable éxito" en la temporada 2022 y 2023, la marca Mango de Málaga da el pistoletazo de salida hacia su tercera campaña. Las iniciativas para este 2024 tienen como "objetivo consolidarse y seguir estimulando la demanda en los mercados europeos -fundamentalmente Francia, Alemania, Bélgica, Suiza, Italia o Portugal, además de los nuevos nichos en países del Este-, destinos en los que el mango español con origen en la Axarquía es uno de los productos más apreciados y valorados".
Por otro lado, ha señalado que las previsiones apuntan a una campaña corta que viene, de nuevo, marcada por una merma en la producción, "consecuencia de las dificultades hídricas que continúan lastrando el agro en la comarca, además de diversas incidencias en los periodos clave de la floración que han lastrado el cuaje de los frutos -las estimaciones apuntan a unas 12.000 toneladas (un 70% menos que en las campañas regulares)". Desde el consejo rector de la marca, a cuyo frente se encuentra Prudencio López, titular de 'Natural Tropic', avanzan que la misma se prolongará hasta el primer tercio del próximo otoño y apuntan a una buena valoración del fruto como consecuencia de la menor oferta.
Asimismo, esperan un repunte en la demanda de los mercados nacionales, así como en los destinos de venta finales de la Unión Europea, "hechos que redundarán en el comportamiento de los precios en origen; al menos sobre el papel". El presidente de la AET, Álvaro Palacios, también ha avanzado que en el contexto de la marca "continúan los trámites hacia el reconocimiento de la Indicación Geográfica Protegida (IGP); ya que el registro del sello es el primer paso de un proceso que debe continuar hacía la consecución por parte de las instituciones comunitarias competentes de esta IGP, que es uno de los regímenes de calidad de la Unión Europea".
"Su significación es de suma importancia ya que distingue normativamente a un producto alimentario que es originario de un lugar determinado -región o país-. También confirma su calidad determinada, su reputación u otra característica que pueda esencialmente ser atribuida a su origen geográfico, y como mínimo una de sus fases de producción, transformación o elaboración dentro de la zona geográfica definida", ha detallado.
En este sentido, ha apuntado que se trata de "un proceso que conlleva un itinerario administrativo minucioso y largo, pero del que se esperan avances a lo largo del año 2025". Por otro lado, el presidente de la AET también ha adelantado que se han iniciado los trámites necesarios para la petición de distintas ayudas para "la apertura de programas de investigación relacionados con los procesos de floración, dadas las incidencias que han tenido lugar en el comportamiento de los cultivos durante la presente primavera, una actuación que se llevará a cabo en colaboración con los investigadores del Ifapa".
El comité Mango de Málaga, órgano rector del sello, reunido la pasada semana y que integra a productores, operadores y empresas comercializadoras, vuelve a ser el ente encargado de supervisar y gestionar toda la operativa de la campaña que ahora se inicia. Su principal objetivo volverá a ser "la distinción en los mercados finales de un producto único por sus singulares propiedades organolépticas y el marcado carácter que le confiere el clima; al igual que sus condiciones de cultivo de la principal zona productora del continente europeo, con más de 4.000 hectáreas en explotación".
"Se trata de un producto de cercanía, en el que el cultivo ecológico continúa ganando peso y con una mínima huella de carbono, dado el limitado espacio y tiempo que transcurre desde su recogida en el lugar de origen y su llegada al destino final, ya sea en los puntos de venta españoles o en los mercados europeos. Se trata de condiciones altamente valoradas por el consumidor final y que contrastan con la fruta llegada desde otros países transoceánicos", han concluido.
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