Un matrimonio mayor de Álora tendrá que ser rescatado para ir a un hospital a operarse: un socavón de 5 metros le impide salir de su casa

La familia permanece incomunicada desde la última tormenta, que provocó el hundimiento del suelo

Dos helicópteros rescatan en Álora y Pizarra a una decena de personas incomunicadas por las inundaciones

Estado en el que han quedado varios vehículos en Álora tras la riada / Jorge Zapata (EFE)

Las imágenes difundidas por los vecinos reflejaban cómo el agua arrastraba vehículos, anegaba zonas de huerta y el nivel del río llegaba al de los puentes que cruzan el cauce. Un helicóptero descolgaba a sus tripulantes en uno de los barrios. Parecían escenas apocalípticas, pero las víctimas y también los equipos de emergencia las han vivido en primera persona esta semana tras la tormenta. Cinco días después de la riada que ha sacudido Álora, con casi 14.000 habitantes, todavía hay familias que permanecen aisladas porque el camino que conduce a sus viviendas sigue impracticable. "Entre cinco y seis", detalla el alcalde, Francisco Martínez (PSOE). El caso más grave es el de un matrimonio de avanzada edad que mañana lunes tiene que someterse a una "complicada intervención quirúrgica" y que, por el momento, no puede salir de su casa. Se lo impide un socavón "de cinco metros de profundidad" provocado a causa de la acumulación de agua tras las intensas lluvias. "No esperábamos que la lluvia hiciera tanto daño. Esto no había pasado nunca, ni en 2012 ni en las inundaciones del 89", apostilla el regidor, preocupado, sostiene, por los afectados aislados por el barro en los caminos que conducen a sus viviendas. Se trata fundamentalmente de carriles en zonas del campo que quedaron impracticables.

La situación continúa siendo caótica. Son las secuelas de una potente tormenta eléctrica que, seguida de unas fuertes precipitaciones, descargó casi 160 litros en esta localidad del Guadalhorce. "Nuestro término municipal, que limita con Almogía, es tan amplio que todavía me llaman varias familias porque no pueden salir", afirma el alcalde. La previsión del Consistorio es movilizar máquinas hasta estos puntos para continuar trabajando en las tareas de limpieza y, de esta forma, garantizar el acceso de los residentes a sus inmuebles.

El máximo responsable municipal asegura que las últimas lluvias ha provocado que Álora tenga las "infraestructuras destrozadas". No fue hasta este sábado cuando el temporal permitió a los operarios adentrarse en los caminos rurales. "Es ahora cuando estamos viendo el destrozo tan brutal que hay, con socavones de hasta cinco metros", se lamenta.

Entre las actuaciones más relevantes de estos días destaca el rescate de una familia formada por una mujer de 99 años, su hija y la pareja de esta última. Habían quedado atrapados por el agua en la zona de Cortijo Valverde. La Guardia Civil aprovechó que el nivel del agua del arroyo Espinazo había descendido para llegar hasta ellos. Una vez rescatados en buen estado, fueron acogidos por unos vecinos que viven en un punto más alto y pudieron estar a salvo de la crecida.

El 90% del casco urbano ya tiene agua potable, según el alcalde

El dato positivo de este domingo es que, en palabras del regidor, ya se ha puesto en funcionamiento uno de los dos pozos del municipio. Y ello ha permitido que el "90% del casco urbano" haya podido recuperar el agua potable. "La parte alta, más próxima al campo de fútbol, aún no tiene suministro", precisa Martínez, que a renglón seguido lanza una advertencia: "Hay gente baldeando y no tienen conciencia de que algunos siguen sin agua potable". "Cada diseminado pasa por arroyos que han sido desbordados. Han quedado destruidas las gomas de canalización, pero ahora, afortunadamente, tenemos ya un pozo funcionando y mañana se pondrá el otro", arguye.

Los vecinos se habían quedado sin agua potable, esta vez después de que el Ayuntamiento tuviera que interrumpir el suministro por la turbidez con la que salía. La causa, las últimas precipitaciones registradas la noche del viernes al sábado en una nueva tormenta registrada en la zona de El Chorro, donde se ubican las captaciones. Los fontaneros del municipio trabajaban contrarreloj y lograron arrancar una nueva bomba con la que dar agua al menos al 50% del casco urbano tras desbordarse el río Guadalhorce el pasado martes.

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