Las misteriosas momias de Alpandeire
En la iglesia del municipio se conservan dos cuerpos sin identificación concreta que podrían tener unos 300 años Se presume que era un matrimonio que financió un templo
En un gran estado de conservación y guardados en una cripta, así se encuentran las dos momias de Alpandeire, correspondientes a los cuerpos de una mujer y un hombre -se presume que eran un matrimonio- y sobre los que todavía no hay una teoría concreta sobre quiénes son, qué llevo a que fuesen embalsamados, por quién o cómo se realizó el proceso. Es uno de los grandes misterios de la Serranía de Ronda, que, incluso, ha llamado la atención de algunos especialistas en asuntos paranormales y de investigadores científicos.
Aunque no hay un origen concreto, sí que existe un teoría en el municipio serrano, casi más bien una leyenda, que apunta a que se trataría de los cuerpos de un acaudalado matrimonio que financió la construcción de la iglesia de San Antonio de Padua, conocida con el sobrenombre de La Catedral de la Serranía, aludiendo de esta forma a las enormes dimensiones del templo, situado en este pequeño municipio y muy conocido por la figura de Fray Leopoldo.
Tampoco se conoce con exactitud la antigüedad que pueden tener las misteriosas momias, aunque, según explica Gaspar Mena, maestro jubilado del municipio, las informaciones disponibles apuntan a que podrían tener alrededor de unos 300 años, dando como cierto que se trataba del matrimonio que financió el templo. De hecho, en el pueblo tienen hasta un refrán propio que vendría a ratificar esta teoría, en el que se apunta al pilón lleno de monedas de oro que habría empleado para este fin y que dice: "Eres más hondo que el pilón de tía Florita", aludiendo así a nombre de la mujer.
Lo cierto es que los cuerpos fueron encontrados en un nicho más grande y separado del resto que existen en el sótano de la iglesia, un espacio que se cree que fue el primer cementerio del municipio y que se conoce como 'El Panteón'.
Estas momias llegaron generar durante algún tiempo un gran respeto, hasta el punto de que hace años entre los más pequeños se conocía al espacio que las alberga como la 'habitación prohibida', ya que los cuerpos estaban recostados sobre una pared y la dañada puerta exterior permitía el acceso al interior del peculiar cementerio. Finalmente, allá por los años 70, el entonces obispo de Málaga, el cardenal Herrera Oria, tras tener conocimiento de que los cuerpos eran accesibles a los ciudadanos habría ordenado su enterramiento. No obstante, en la década de los 80 fueron desenterrados nuevamente y situados en una cripta con ventanas de cristal que permite su observación.
En cuanto a la técnica utilizada para la momificación, que ha logrado que los cuerpos presenten un muy buen estado de conservación, llegando a conservar algunas partes tan delicadas como los genitales, algunas de las teorías apuntan a que son propias del Antiguo Egipto y totalmente diferentes a las que se utilizaban en otras regiones más próximas.
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