Un preso de Archidona en aislamiento le lanza una radio a la cara a un funcionario y le aplican sujeción mecánica: "Es un peligro potencial"
Los trabajadores entraron en la celda con trajes antitrauma, cascos y un escudo
El interno, que también propinó puñetazos, patadas y dio cabezazos a un trabajador, es el mismo que hace unas semanas intentó agredir a otro
"La dirección está actuando con poca contundencia", denuncia el sindicato Tu Abandono Me Puede Matar
Tres agresiones recientes en cárceles malagueñas: Los sindicatos denuncian las situaciones a las que están expuestos
Un preso de la cárcel de Alhaurín de la Torre se toca los genitales mientras mira a una funcionaria tras bloquearle el paso
Más episodios violentos en la prisión de Archidona, el último de ellos protagonizado, presuntamente, por un preso que permanece en el módulo de aislamiento por haber intentado agredir ya hace unas semanas a uno de los funcionarios que le obligó a ducharse tras negarse al aseo. Esta vez, según ha denunciado el sindicato Tu Abandono Me Puede Matar, el recluso ha lanzado una radio a la cara a un trabajador. Su agresividad era tal que, para entrar a reducirlo, los profesionales tuvieron que actuar ataviados con trajes antitrauma, cascos y un escudo.
La agresión ocurrió este viernes, durante la hora del desayuno, que en el caso de los reos que están cumpliendo una medida disciplinaria se reparte en la propia celda, de la que no pueden salir. Fue ahí donde, al parecer, se desencadenaron los hechos.
El interno se mantenía debajo de una manta sin hacer caso a las indicaciones del funcionario. Tras varios intentos infructuosos, en un momento dado, el individuo se incorporó rápidamente y le acabó arrojando un aparato, un transistor, de tipo petaca, como los clásicos Walkman, "dándole cerca del ojo", según la organización sindical. Ante su actitud, los profesionales entraron a aislarlo equipados con trajes de protección.
En ese momento, según el relato de los hechos, el preso comenzó a lanzar patadas y puñetazos y llegó a dar dos cabezazos a uno de los trabajadores que llevaba el escudo para cubrirse. Los responsables decidieron entonces aplicarle la sujeción mecánica a través de las correas homologadas en la cama de sujeción correspondiente. Una medida que se usa, siguiendo el protocolo, en situaciones de agresividad o violencia.
Temen por su integridad física
Lejos de corregir su comportamiento, escupió, supuestamente, a los funcionarios que intervenían. "Su actitud con nosotros no cesa. Es de reto continuo y caso omiso. Así no se puede trabajar", advierte Manuel Galisteo, presidente de la asociación de trabajadores penitenciarios, que remarca que este recluso no es sino "un peligro potencial" para su "integridad física", por la que temen. Al respecto, denuncia que la dirección del centro está "actuando con poca contundencia" con este reo, al que, remacha, deberían trasladar a otra prisión "debido a los múltiples incidentes protagonizados en Archidona".
"Los compañeros demostraron una gran profesionalidad en una actuación que no fue nada fácil", subraya el portavoz de Tu Abandono Me Puede Matar, que considera que cada vez más los reclusos pierden el respeto a los funcionarios al comprobar que su comportamiento no tiene graves consecuencias.
El otro episodio violento ocurrió en la cárcel de Archidona el pasado 28 de abril, cuando hubo que duchar a un recluso de aislamiento contra su voluntad al no asearse. Entonces, al sacarlo de la celda, quiso pegar dos puñetazos a los empleados que efectuaban este trabajo, que lograron esquivarlos y reducirlo tras oponer gran resistencia. El personal acabó en el suelo, según Galisteo.
El preso que se tocó los genitales mientras miraba a una funcionaria
También en abril, otro interno de la prisión de Alhaurín de la Torre acabó en el módulo de aislamiento por un presunto incidente de carácter sexual. El preso, de 21 años, le bloqueó el paso a una funcionaria y, mientras la miraba fijamente, se bajó los pantalones para, después, tocarse los genitales
El recluso, de origen francés y condenado por delitos contra la libertad sexual, había esperado, supuestamente, a que la trabajadora pública saliera de la cabina para dirigirse al reparto de comida. Fue entonces cuando se encontró de frente al reo, que le bloqueó el camino para, a renglón seguido, bajarse los pantalones y masturbarse.
Pese a lo "intimidante" de la situación, la funcionaria consiguió ponerse en contacto con el jefe de Servicios, que junto con otros trabajadores condujo al preso módulo de aislamiento. Tu Abandono Me Puede Matar denuncia que, mientras el interno fue atendido por un médico, los protocolos de la administración no establecen asistencia para las trabajadoras en este tipo de casos, por lo que según la organización sindical tuvo que continuar trabajando "como si nada hubiera pasado, pese al estado de nerviosismo que presentaba".
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