Pride, la fiesta de Torremolinos que reivindica la diversidad
Un total de 20 carrozas tomaron parte en esta manifestación con un carácter festivo y reivindicativo
Desde asociaciones hasta clubes de striptease, todos contribuían con su propio espectáculo en el evento
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Torremolinos/Torremolinos tenía esta sábado un color especial; más que un color, era un arcoíris, donde miles de personas brillaban con una intensidad que rivalizaba con la del mismo sol de principios de junio. Todos, orgullosos, se unían bajo un mismo lema: "Todos somos iguales". Así lo proclamaba con fuerza el colectivo LGTBQ+ en la Plaza Blas Infante, frente al Ayuntamiento del municipio.
Esta macrofiesta reivindicativa no solo resonó en Torremolinos, sino que su eco se sintió en toda Málaga. Banderas de todos los colores ondeaban al viento, vítores y bombos marcaban el ritmo de la celebración, y el grito del colectivo se escuchaba más fuerte que nunca. La atmósfera estaba cargada de energía positiva y un profundo sentido de comunidad, mientras todos esperaban con ansias el inicio de la marcha de las carrozas.
Las carrozas, decoradas con creatividad, marcaban el compás de la celebración. Cada sonrisa se sincronizaba con el son de la música, uniendo a todas las personas presentes en un solo latido. "Torremolinos siempre ha sido espectacular, pero hoy es una fantasía para el colectivo", exclamaba emocionada una drag queen, capturando el sentimiento colectivo de la multitud. Su voz, llena de alegría y orgullo, era el eco de miles de los corazones allí presentes.
Alrededor del Ayuntamiento, veinte carrozas se alineaban, vibrando con las canciones de iconos como Cher, Ricky Martin, Raffaella Carrà, Britney Spears y Villano Antillano, entre otros. La fiesta no cesaba en Torremolinos. Desde niños hasta ancianos, todos se vestían con los colores del arcoíris, portando banderas y abanicos temáticos con orgullo. La meta común era clara: celebrar la diversidad en todas sus formas y manifestaciones.
La presencia de visitantes extranjeros añadió un toque especial a la festividad. Grupos de turistas ondeaban las banderas de sus países entremezcladas con las del colectivo LGTBIQ+, sus caras iluminadas por sonrisas y ojos brillantes de emoción. Era evidente que nunca se habían visto rostros más felices que los de los asistentes a este evento.
La multitud, compuesta por malagueños y turistas de países como Alemania e Inglaterra, vivía la fiesta con la misma emoción que la primera vez. "Siempre he venido aquí para celebrarlo, pero cada año es como si fuera único", comentaba un asistente.
A las 18:30 horas, las carrozas comenzaron su marcha, llenando las calles de Torremolinos con música, alegría, frases reivindicativas y un sinfín de colores. Desde asociaciones hasta clubes de striptease, todos contribuían con su propio espectáculo. Pelucas elaboradas, maquillajes extravagantes y pistolas de agua para combatir el calor, nada podía detener la energía del Pride de Torremolinos. La diversidad se palpaba en cada baile, en cada carroza y en cada persona del evento.
El desfile culminó en el Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso, el epicentro del orgullo, donde se realizó la emotiva Lectura del Manifiesto. La gente, ya más que preparada y llena de orgullo, celebró este evento que está tan profundamente arraigado en el ADN de Torremolinos.
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