La tribuna
Los muertos de diciembre
Fuengirola/En el mundo animal, pocas especies exhiben un sistema familiar tan complejo y unido como los gorilas. La presencia de crías dentro de un grupo no solo es un signo de salud y estabilidad de la población, sino que también juega un papel crucial en la cohesión social y el desarrollo de las habilidades necesarias para la vida en su entorno.
Hace cuatro años, el parque despertaba con el nacimiento de Ekan, un pequeño gorila de occidental de llanura que alimenta la esperanza de conservación de su especie. Ekan llegó para asumir un papel muy importante en su grupo familiar: su cohesión. el pasado 7 de noviembre, este primer gorila andaluz celebra su cuarto aniversario y ha sido sorprendido con una enriquecedora y sabrosa tarta que han realizado sus cuidadores.
La estructura social de los gorilas es jerárquica y se centra generalmente en el macho dominante o "espalda plateada". El nacimiento de una cría trae consigo una serie de beneficios para todo el grupo. Al integrarse en el núcleo familiar, las crías generan un ambiente de unión, donde los adultos participan en su cuidado y aprendizaje.
El cuidado de las crías no recae únicamente en la madre; los otros miembros del grupo, especialmente el macho dominante, desempeñan un papel protector que les permite a los más pequeños desarrollarse en un entorno seguro. Este vínculo también fortalece el compromiso del grupo hacia la supervivencia de todos; un aspecto esencial en la vida de los gorilas y en la de sus dinámicas sociales.
De hecho, aunque a medida que crezca esto irá siendo menos frecuente, Ekan mantiene una relación muy especial con su progenitor: Echo. La evolución del pequeño estará marcada por el carácter del macho y su poder en el grupo. Además, Ekan explora continuamente toda la instalación y no deja de interactuar con otros miembros del grupo como es Wefa, la hembra más joven.
Las crías de gorila son, sin duda, el núcleo de sus grupos familiares y, por ende, de la preservación de la especie. Sin embargo, la destrucción de su hábitat y la caza ilegal ponen en riesgo la vida de estos jóvenes individuos y, en consecuencia, la supervivencia de toda la especie.
La conservación de los gorilas es, por tanto, crucial para asegurar que estas dinámicas familiares sigan existiendo en los ecosistemas que habitan. Apoyar los programas de conservación no solo ayuda a proteger a una especie en peligro, sino que también mantiene en pie uno de los sistemas sociales más complejos y fascinantes de la vida salvaje.
Bioparc Fuengirola colabora desde 2004 en la conservación de esta especie, año en el que recibió un grupo no reproductor de gorilas formado por dos hembras y un macho. Tras la pérdida del macho Ersnt en 2017, debido a su avanzada edad, la EAZA y el coordinador del Programa Europeo de Especies en Peligro (EEP) asignó al parque la misión de acoger un grupo reproductor de estos primates y afrontar un papel activo en el programa.
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