Hallan en la prisión de Archidona un 'taller' para fabricar 'pinchos carcelarios'
Funcionarios descubren en una celda armas caseras que un interno estaba comenzando a diseñar, además de plantillas dibujadas sobre las mesas de trabajo con forma de pistolas
Narcodrones, la nueva amenaza en las prisiones de Málaga para 'colar' drogas y móviles: "Nuestro miedo es que entren armas"
Un supuesto taller dedicado a la fabricación de armas caseras. Y, sobre las mesas de trabajo, plantillas y modelos dibujados de 'pinchos carcelarios', pistolas y subfusiles simulados que se encontraban en proceso de elaboración artesanal. Este ha sido el último descubrimiento por parte de varios funcionarios en la prisión Málaga II, en Archidona, durante un control rutinario, según han informado a este periódico fuentes próximas al caso. El presunto responsable de la fábrica, que estaba en posesión de las piezas para darle un uso ilícito, ya ha sido identificado, aunque por el momento no se han adoptado medidas contra él.
El proceso de construcción de los 'pinchos'
Los trabajadores penitenciarios han encontrado en una celda del módulo 3 un total de cinco pinchos, como se conoce a las armas caseras en la jerga carcelaria, además de pistolas y subfusiles que uno de los reos estaba, supuestamente, comenzando a construir. Aunque es la primera vez que se descubre un taller de estas características en las instalaciones de la prisión, los funcionarios conocen al detalle cómo es el procedimiento empleado por los internos para el diseño de estos instrumentos prohibidos. En este caso, para su creación utilizaron maderada facilitada en uno de los talleres ocupacionales y autorizados en el centro penitenciario. Una vez pintadas las plantillas, colocan las piezas de madera para darle la forma adecuada, usando posteriormente lija y pintura durante el proceso de fabricación. "Sobre las plantillas van pegando piezas de madera, a las que previamente han dado la forma adecuada. Luego lijan y pintan en caso necesario hasta conseguir cuchillos, pistolas y subfusiles simulados", precisan las mismas fuentes, que resaltan la peligrosidad de la elaboración de estos objetos, pese a tratarse de maquetas: "No conozco a nadie que haga pinchos en prisión para reírse un rato". Su pretensión, añaden, no es otra que "intimidar y amenazar a funcionarios y a otros reclusos en zonas con menos luz, por ejemplo cuando se hace de noche".
El hallazgo se produjo hace unas semanas en el taller ocupacional de uno de los módulos de la cárcel donde los reclusos suelen realizar trabajos manuales, como pintura y marquetería. "Ya se ha perdido el norte. En prisión, creen que todo vale. Es absurdo creer que es algo inocente", denuncian fuentes penitenciarias consultadas, que advierten que, pese a que el interno que, presuntamente, estaba a cargo del supuesto taller de armas pudo ser identificado, "no se le ha abierto expediente disciplinario", ni se han adoptado contra él medidas preventivas, más allá de retirar las plantillas de las mesas de trabajo que fueron descubiertas. Tampoco se le ha prohibido el acceso al taller ocupacional del módulo donde estaba desarrollando tareas manuales con cartones. "Sólo se han retirado los materiales con los que construían estos intrumentos. El reo continúa en el mismo módulo visitando el taller", recalcan fuentes penitenciarias, al tiempo que critican "el buenismo que gobierna en todas las prisiones españolas".
Intento de fuga en la prisión de Alhaurín de la Torre: dos internos saltan un muro hacia el exterior
Hace unos meses, un reo de la prisión de Alhaurín de la Torre acabó en aislamiento después de estrangular a su compañero de celda con la técnica conocida como "mataleón". Un funcionario de la cárcel acudió tras escuchar unos golpes y salvó la vida del interno que estaba siendo atacado.
El recluso presuntamente atacó por la espalda a su compañero y lo comenzó a estrangular con sus brazos. El sonido de varios golpes pusieron en alerta a varios funcionarios de Instituciones Penitenciarias, que acudieron a la celda donde se encontraban ambos reos. Uno de los trabajadores corrió a socorrer al interno que estaba siendo agredido, aunque durante la intervención también sufrió lesiones por las que se tuvo que dar se baja.
Los sindicatos y trabajadores también alertan de que los narcodrones sobrevuelan las cárceles españolas de forma cada vez más habitual, con la pretensión de introducir en ellas los bienes más codiciados entre los presos: drogas y teléfonos móviles. Pero el panorama aún puede agravarse: funcionarios de prisiones temen que, en cualquier momento, entren armas de fuego. Y lanzan una advertencia: no hay inhibidores para evitarlo. La adaptación de estos dispositivos para el transporte de narcóticos y otros productos ilegales abren otro frente en la guerra contra los estupefacientes.
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