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En estos días el Valle del Genal se encuentra en plena cosecha de castañas, aunque las previsiones apuntan a que la producción descenderá alrededor de dos tercios respecto a la pasada temporada, aunque la calidad del fruto es "excelente", según indican diferentes responsables del sector. Un hecho que hace que el fruto pueda tener una mejor valoración en el mercado y exista la posibilidad de obtener unos precios más elevados, en contraposición con lo ocurrido el pasado año, cuando la presencia de un hongo hizo que bajase mucho la calidad y, por tanto, también los precios.
La cooperativa de 2º grado Valle del Genal, que recepciona castañas de productores de Pujerra y Jubrique, estima que este año recibirán entre 200.000 y 400.000 kilos, según explicó su gerente, Luis Burgos. Y es que los árboles presentan producciones muy diferentes y resulta complicado el poder realizar una previsión más ajustada.
Por su parte, Cati Chicón, presidenta de la cooperativa de primer grado San Antonio de Pujerra, explicó que los motivos a los que se achacan este importante descenso en la producción son la escasez de precipitaciones durante todo el año unida a las elevadas temperaturas que han debido soportar los castaños de forma prolongada. A esto hay que sumar la merma en la producción de frutos que está provocando la plaga de la avispilla del castaño, aunque comienza a notarse el efecto positivo de la introducción de su depredador natural que está provocando una menor afección a los Castañares.
"La reducción de la cosecha no está ligada a la calidad de las castañas, que es excelente en su mayoría, está sana y tiene buen calibre", explican desde el sector. Todo ello ha contribuido a que, hasta día de hoy, el precio que reciben los cosecheros por kilo de castañas se esté manteniendo por encima de los 2 euros.
Un proceso de transformación que se inicia cuando los productores llevan sus castañas a las cooperativas de primer grado, en este caso de Pujerra y de Jubrique, donde se hace un precalibrado del fruto. A continuación, en la cooperativa de 2º grado se lleva a cabo la esterilización, el calibrado por tamaño y se introducen las castañas en una cámara de 12 a 24 horas. Después los operarios quitan manualmente las castañas que no lleguen en las mejores condiciones y, por último, se envasan según demande el cliente. Posteriormente, la cooperativa se dedica a comercializar el fruto tanto en España como en diferentes países donde es exportado, por ejemplo, Italia, Suiza, Holanda, Portugal, Alemania, Francia o Inglaterra. Se estima que el 50% de castañas se vende en territorio nacional y la otra mitad se envía al extranjero.
Una recogida que tiene su paso previo en los bosques de castaños en los que las cuadrillas tienen que recoger manualmente cada fruto del suelo y, en muchos casos, sacarlo del erizo de púas que lo protege en el árbol, ya que no siempre se salen del mismo al caer.
La conservación de las 3.900 hectáreas de bosques de castaños que hay en el Valle del Genal es totalmente prioritaria por su incalculable valor medioambiental, paisajístico y también económico, ya que unas 1.500 familias del entorno obtienen parte de sus ingresos de la castaña. En este sentido, la preservación y el respeto por los castañares son imprescindibles para el desarrollo socioeconómico de la zona, ya que este sector es un pilar fundamental del valle que fomenta el arraigo de los vecinos en los municipios, frenando así su despoblación.
Una campaña que dejará paso a la llegada de los momentos más intensos del llamado Bosque de Cobre que hará que miles de personas visiten la zona, al tiempo que se advierte sobre la necesidad de no llevar castañas durante los paseos.
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