Puntos de entrega de Amazon y de las empresas de mensajería, esos 'vecinos' siempre dispuestos para recibir tu paquete

Estos comercios colaboradores facilitan al cliente la recepción de sus compras online y encuentran una fórmula para conseguir mayor visibilidad e incrementar (algo) la facturación

El gigante del comercio electrónico ha superado los 1.000 puntos de recepción de paquetería en la provincia

Amazon gana 30.425 millones de dólares en 2023 tras las pérdidas de 2022

Uno de los empresarios que ha optado por convertirse en punto de entrega de empresas de mensajería.
Uno de los empresarios que ha optado por convertirse en punto de entrega de empresas de mensajería. / M. S.

De internet a la mercería de la esquina o a la ferretería del barrio. El fenómeno de los puntos de entrega de paquetería ha supuesto un nuevo impulso al comercio electrónico que ha sabido ver en las tiendas de proximidad ese vecino siempre disponible para recoger las compras online. Es media mañana en Canillas de Albaida, una de las localidades menos habitadas de la provincia de Málaga –en torno a 800 habitantes–, cuando por la calle Diputación de Málaga aparece presto un hombre con un uniforme inconfundible: “¡El repartidor de Amazon!”. Leopoldo Díaz lo recibe prácticamente a diario para recepcionar las compras de vecinos del pueblo y de otros municipios de la comarca, un “trabajo” que lleva realizando un año. “Cuando llegaban paquetes de internet y la persona no se encontraba en casa al final siempre me lo dejaban aquí, así que decidí sacarle algún rendimiento a eso”, comenta con Málaga Hoy.

Esta actividad, la de intermediar entre el gigante de las ventas online y el cliente final, cuenta en la provincia a día de hoy con alrededor de 1.000 puntos de entrega, entre los que se incluyen establecimientos como la Ferretería La Umbría, el negocio de Leopoldo, y taquillas de autoservicio –los denominados Lockers. Amazon, que inició esta expansión en 2017, está sabiendo contentar a ambos extremos de la cadena: de un lado los consumidores, que encuentran una forma cómoda de recepcionar sus pedidos; por otra parte los partners, esos comercios a pie de calle que están sacando provecho de esta actividad.

¿De qué manera? A priori lo primero que se podría pensar es en el aspecto económico, el encontrar una nueva vía de ingresos para pequeñas y medianas empresas como la de Díaz. “Nada que ver. Por cada caja que llega apenas percibimos 0,30-0,40 céntimos. Es una cantidad ridícula para el esfuerzo que supone, pues hay que guardar la mercancía, teniendo un espacio para ello, y atender al usuario, tomar el código, ver la documentación…”, explica Leopoldo. ¿Qué hay entonces tras el aumento de partners de la multinacional estadounidense? La función promocional que conlleva formar parte de esta red es la clave- “He ido dándome a conocer más, porque vamos teniendo mucho residente extranjero que no suele callejear por el Canillas y que no sabía que de mi tienda. Llegan a por el envío, que lo agradecen ya de por sí, y de camino saben que está la ferretería y los otros servicios que ofrezco relacionados con mi profesión”, cuenta el propietario de la Ferretería La Umbría.

El establecimiento Mi Morena, en Fuengirola, recepciona paquetes de numerosas empresas logísticas.
El establecimiento Mi Morena, en Fuengirola, recepciona paquetes de numerosas empresas logísticas. / M. S.

Aquí se gestionan alrededor de 50 paquetes mensuales, una cifra nada desdeñable a tenor de su ubicación, en un entorno poco poblado –se trata de un pueblo pequeño a los pies de las Sierras de Tejada y Almijara. Ese volumen se duplica e incluso triplica en otros emplazamientos, en sitios tan poblados como la zona litoral malacitana, concretamente a la Costa del Sol Occidental, donde las cuentas llegan a ser especialmente abultadas. “Hasta 100 bolsas y cajas he llegado a recibir en una jornada de las intensas”, dice Paco Moreno, de Mi Morena, un establecimiento de Fuengirola, en la avenida Finlandia, que bien podría ser ejemplo de cómo sacar partido a esta novedosa línea de negocio que ha traído consigue el e-commerce. Y es que él y su mujer venden prensa, papelería, snacks, prestan servicio de fotocopias e impresión digital y colaboran tanto con Amazon como con otras empresas de mensajería que han adoptado la misma operativa que la multinacional estadounidense. Son dirección de recepción de compañías como UPS, GLS, Celeritas, Seur, CTT y Boyaca, entre otros.

Es así que en una mañana cualquiera en Mi Morena se da un trasiego continuo de gente. Quienes van a probar suerte con la Primitiva, los que tienen que sacar alguna copia al DNI y, por supuesto, los muchos que llegan como un goteo constante para recoger sus compras online. Dentro de esos abultados sobres, o en las cajas, artículos que ellos mismos tienen en sus estanterías. “Es paradógico –reflexiona Paco– pero bueno, al final todos nos hemos ido acomodando y no reparamos en lo que tenemos al lado. Me quedo con que, el que llega aquí a por un envío, suele picar algo y ese euro de aqui y euro de allá también suma a la cuenta de resultados del mes, que no es poco”.

Las cuentas no siempre salen

Tanto Leopoldo como Paco tienen claro que, a día de hoy, les compensa. El balance entre el tiempo que han de dedicar a esta tarea y lo que les reporta es positivo. En Málaga, que concentra el mayor número de puntos de entrega tanto de Amazon como de otras franquicias logísticas, los titulares de los comercios que ejercen como tales están satisfechos e incluso se plantean dar un paso más. Es el caso de Susana, al frente del Kiosco Susana, en Ciudad Jardín, que en su pequeño puesto ha probado las bondades de esta fórmula comercial y ha decidido ir más allá, instalando un locker de Amazon. “Ha llevado su tiempo, el pedir los permisos convenientes al ayuntamiento, pero al final ha salido adelante y en breve empezamos la ejecución del proyecto”, dice a Málaga Hoy.

Unos y otros son ejemplos claros de lo que transmiten desde Amazon a este periódico: “empoderamos a las pymes ofreciéndoles una fuente de ingresos extra y aumentando su tráfico presencial, algo que al final se materializa en ventas adicionales”. Incluso en empresas tan reconocidas en la provincia como Agapea, concretamente en la tienda de Teatinos, han hecho hueco en sus estantes para colaborar con mensajeras como Seur. “Llevamos un año colaborando y se nota mayor trasiego de personas que, en algunas ocasiones, pica con un libro, la verdad”, apunta Miguel A. Martos, que es uno de los que se ocupa de atender al público.

Miguel A. entrega un paquete a uno de los clientes de Agapea, en Teatinos.
Miguel A. entrega un paquete a uno de los clientes de Agapea, en Teatinos. / M. S.

Hasta el momento prácticamente todo buenas palabras, con algún que otro aspecto a mejorar, por supuesto. Sin embargo, también están aquellos que confiaron en la propuesta y están desencantándose frente a lo recibido. Pablo Hazañas es el joven empresario que está tras CerraMálaga, en la calle Jerez Perchet –a apenas unos pasos del Kiosco Susana. Su experiencia no es la que él esperaba. Afirma que sí, que el tráfico del establecimiento ha crecido hasta un 30%, que se le conoce más pero que el tiempo que tiene que dedicar a atender al receptor de la paquetería para nada “compensa lo que se nos paga”. Destaca periodos de gran concentración de las ventas, como Navidad o campañas del tipo del Black Friday, que necesitó incluso contratar a alguien para que le echara una mano “y los 300 euros o así que recibí no me dieron ni para pagar a ese refuerzo”.

Pablo, en CerraMálaga, afirma que ser punto de entrega ha aumentado un 30% el tráfico de clientes.
Pablo, en CerraMálaga, afirma que ser punto de entrega ha aumentado un 30% el tráfico de clientes. / M. S.

Pablo trabaja como Parcel Shop de GLS, otra de las muchas compañías de transporte que han apostado por los puntos de entrega para extender sus redes y ganar clientes. Explica que el servicio que le ha prestado la enseña no ha sido el esperado y que se siente un tanto “abandonado”, por lo que se plantea en firme cesar este acuerdo. “Hasta para irnos de vacaciones debemos avisar con un mínimo de 15 días de antelación y en varias ocasiones les he contactado para resolver dudas y apenas si me hacen caso”, especifica. Las dudas de Hazañas son compartidas por otros tantos. Leopoldo Díaz, de hecho, reflexiona sobre hasta qué punto colaborar con gigantes como Amazon no hace sino acelerar la muerte de los comercios tradicionales. “Al darse más facilidades a los consumidores se va dejando de lado la tienda de siempre, eso está claro. Ante eso yo he decidido hacerme con el dicho de ‘si no puedes con el eneemigo, únete a él’ y creo que en esas andamos todos porque lo de comprar y vender por internet es ya un fenómeno imparable”, sentencia el propietario de Ferretería La Umbría.

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