Las vacaciones más caras (otra vez) en Málaga: "Este año, sólo cuatro diitas"

El precio medio de una noche de hotel en la provincia es 13 euros más caro que hace una año

El camping es el modelo preferido por el turismo nacional en la Costa del Sol

La restauración y la salud impulsan el gasto de los turistas en Málaga

Turistas con maleta en Málaga.
Turistas con maleta en Málaga. / Javier Albiñana

Las vacaciones vuelven a ser un lujo. Al menos, para los españoles que visitan Málaga. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), los nacionales reducen pernoctaciones para todos los tipos de alojamientos turísticos excepto en las casas rurales –"el aumento de la oferta ha estabilizado los precios", adelanta Félix Zea, CEO de Ruralidays–. Enfrente, el turismo extranjero en Málaga: crece más que el nacional y ya representa el 71% del total, un punto porcentual superior al de hace un año.

Tienen más dinero para unos precios al alza: una habitación de hotel en Málaga es hasta 13 euros la noche más cara que hace un año. La inflación no ha pasado desapercibida para el sector turístico en la provincia y el precio medio de los hoteles es un 8,74% más caro que en el verano de 2023. De confirmarse la tendencia, el turista tendría que pagar de media este agosto en Málaga unos 196 euros para una habitación, el récord histórico desde que el INE contabiliza estos datos.

Menos días de vacaciones

"Este año sólo cuatro diitas", comenta a Málaga Hoy Yolanda Arjona, que acaba de llegar en tren a la capital de la Costa del Sol junto a su marido. De 36 años y dos hijos, su caso es como el de la media de los españoles que llegan a Málaga: "Antes nos íbamos al menos una semana". Han tenido que acordar su estancia –en un apartamento turístico– ante el incremento de los costes. Las percnotaciones nacionales en Málaga acumulan dos veranos consecutivos en caída libre. En concreto, desde la pandemia.

Mientras la media de pernoctaciones hoteleras en Málaga para el turismo nacional está a punto de bajar de las tres noches, la media para el perfil extranjero no tiene intenciones de despedirse de las cuatro. El único alojamiento turístico malagueño que resiste a esta tendencia es el de las casas rurales. "Se observa una estabilización de los precios debido también al aumento de la oferta de alojamientos", argumenta Félix Zea, fundador y CEO de Ruralidays, la empresa que más oferta gestiona de esta tipología en Málaga.

La inflación también se nota en las casas rurales

Según Turismo Costa del Sol, este último tipo de oferta suma 1.350 nuevas alojamientos –algo más de 9.000 plazas– desde el verano de 2020, cuando se abrieron las restricciones tras la crisis sanitaria, pero su precio a día de hoy es es ocho euros más caro por persona y noche. Según la misma fuente, el aumento anual del 6,1% del precio hasta los 38,6 euros de media para alojamientos rurales en Málaga responde a "la inflación, las mejoras en la calidad de los alojamientos y las inversiones de los propietarios para ofrecer una experiencia superior".

Con todo, la previsión en la ocupación en los alojamientos rurales en Málaga va a rozar el 84,8% en su cuota más alta de este verano, dos puntos porcentuales más que hace un año. Nada que ver con el ritmo de alojamientos que experimentan los campings en la provincia. "Actualmente rozamos el 90% de ocupación tanto en parcelas como en bungalows y la previsión este agosto es llegar al 100% de ocupación total", aseguran a este diario desde la dirección de Camping Cabopino, situado en Marbella.

Los españoles prefieren el camping

"Hemos tenido que optar por una subida moderada del precio/noche", lamenta la misma fuente en relación a la inflación, aunque admiten que han establecido promocinoes de hasta el 30% por reserva anticipada y sigue siendo la opción más asequible para las familias. Sobre todo, españolas, que cobran protagonismo durante el periodo estival, pero cuya ocupación varía el resto del año: "El cambio más significativo lo estamos notando en otoño e invierno, cuando el camping está completo para cliente extranjero en su inmensa mayoría", explican.

En proporción, la modalidad de camping es la que más prefieren los españoles que visitan Málaga. El turismo nacional para esta tipología de alojamiento en la provincia alcanza el 46% del total, mientras que la cuota más alta de ocupación de residentes extranjeros la protagonizan la casas rurales: sólo el 20% de sus inquilinos durante este verano en Málaga serán españoles, cifra similar a la de los apartamentos turisticos: un cuarto de ellos tendrá acento español.

La patronal hotelera alerta de la rentabilidad

A pesar del incremento en la ocupación hotelera –que rozará una media del 90% en la provincia durante los meses de julio y agosto, según las previsiones del sector– y del aumento de los precios medios de las estancias, desde la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), alertan sobre la rentabilidad de la actividad, que también se ha visto damnificada por el incremento de los costes de producción y servicios debido a la inflación.

“Son unas cifras alentadoras desde el punto de vista comercial las que estamos viendo y que esperamos para los meses venideros. Esperamos una temporada alta buena a pesar de algunos inconvenientes a nivel costes como el incremento de precios de abastecimiento que venimos experimentando, la alta inflación y los tipos de interés”, destaca José Luque, presidente de Aehcos.

El precio de la gasolina se mantendrá estable

El precio de los carburantes se mantendrá estable durante el verano. "La tónica es la estabilidad de los precios con oscilaciones de céntimo arriba o céntimo abajo", afirma Ignacio Rabadán, presidente de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (Ceees). En conversación con este periódico, asegura que precisamente la contención de los precios de los carburantes en España ha ayudado a mantener la inflación en el 3,4% interanual durante el primer mes del verano. La tendencia para julio y agosto es la misma: una media de 1,62 euros para la gasolina y 1,49 euros para el gasóleo. Nada que ver con los picos de hasta 2,2 euros por litro que el consumidor experimentó durante el verano de 2022.

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