El vecino de Comares que ofrece agua y una lavadora a los afectados por la DANA: "Lo que yo tenga es de quien lo necesite"
Eduardo Ponce vive en la pedanía Llano Almendra y está ayudando a los necesitados
Un vecino de Comares pide ayuda para arreglar sus parcelas destrozadas por la DANA: "Me he planteado si merece la pena"
Comares/En los momentos difíciles salen personas extraordinarias que ayudan a las más necesitadas y comparten sus recursos para ofrecer un poco de luz entre tanta oscuridad. En Comares, pueblo de unos 1.400 habitantes, la DANA descargó con fuerza, se registraron oficialmente 215 litros por metro cuadrado y algunos vecinos apuntaron a que la cifra alcanzó los 270. Esta lluvia excesiva provocó incuantificables daños en el mismo municipio y en Benamargosa. En la zona del pueblo, los destrozos no se han dado tanto, en comparación con sus pedanías. En estas, las lluvias torrenciales incomunicaron a sus residentes, y los dejó con problemas de luz y especialmente de agua. Por ello, Eduardo Ponce, ciudadano de Llano Almendra, no se lo pensó dos veces y ofreció un grifo con agua y una lavadora para todos los que lo necesitaran.
“Después de la DANA, el pueblo de Comares sufrió bastante, la lluvia rompió todas las tuberías y nos dejó sin luz. Esta se solucionó en poco tiempo, pero el agua sigue averiada. Yo vivo en una aldea, en Llano de Almendra, y vi la demanda de agua. La gente no tenía suficiente para hacer su vida. Entonces, instalé un grifo en la puerta de mi casa para que todo el mundo obtuviera. Los vecinos tenían la necesidad de lavar su ropa. Por ello, ofrecí mi casa, pero no querían entrar. Así qué, fui a Vélez-Málaga, compré otra lavadora y la instalé en la calle. Por cierto, en el mismo local me regalaron otra por si se me averiaba, ya que era de segunda mano. Ahora, la lavadora no para. Estoy orgulloso de que puedan lavar ropa todos los necesitados", explica Ponce.
Aunque el vecino era consciente de que eran muchos los damnificados, no se imaginó lo que ayudaría una simple lavadora. "La instalé el martes al medio día, no paró hasta las 12 de la noche y tampoco lo ha hecho este miércoles, tengo casi que dar números para su uso", bromea el vecino. En un principio, la idea era para ayudar a los pocos que viven en la pedanía (unas doce personas), "pero después llegaron más y más, están viniendo desde fuera de la aldea, incluso me piden la dirección y vienen expresamente para usar la lavadora", añade Ponce. "Estoy muy feliz de ver a la gente utilizarla. Te lo agradecen, y esto para mi vale mucho", agradece.
Cientos de miles de euros en destrozos
Las lluvias torrenciales no provocaron excesivas inundaciones en Comares, a diferencia de Benamargosa, pero sí muchos destrozos. Los habitantes de las pedanías y los agricultores son los que han pagado los platos rotos. "Nos ha hecho muchos destrozos en el campo, la situación es grave. No se ha dado mucho reconocimiento a lo que ha pasado aquí. No estamos a la vista de la gente. Necesitamos que se comparta", pide el vecino solidario.
"Va a costar bastante tiempo volver a la vida normal y lo peor de todo, aquí solo hay pequeños agricultores, que no tienen mucha capacidad para recuperarse", comenta Ponce. En su caso, no se trata de un voluntario que ayuda a los demás porque ha tenido la suerte de salir indemne de la catástrofe, el vecino es uno de los que ha sufrido mayores destrozos en el pueblo, y aun así, dedica tiempo para ayudar a los demás. "Yo tenía una finca familiar con limones. La lluvia ha arrasado con casi todos los árboles, hablamos de unos 40.000 euros en pérdidas. Al día siguiente, tenía diez amigos ayudándome, y han seguido allí cinco días consecutivos. Así, esto va de ayudar, ellos me ayudan y yo ayudo por otra parte, todos tenemos un problema después de la DANA, así que tenemos que permanecer unidos", expresa el hombre.
"Yo quería dejarlo"
"Cuando llegué a la finca por primera vez después de la lluvia, observé cómo quedó mi finca, y lo primero que se me pasó por la cabeza fue dejarlo. Les dije a mis familiares que esto no podía seguir, pero ellos mismos me animaron y junto a mis amigos me convencieron para seguir, y ahí sigo, trabajando", se sincera Ponce, aunque admite que "solo vamos a poder recolectar el 25% de la cosecha y veremos si los árboles que han sobrevivido valen".
Los amigos y cercanos de Ponce lo definen como "una persona muy trabajadora, humilde y cercana que está siempre ocupada pero al mismo tiempo disponible, es simplemente una persona extraordinaria". "Desde siempre me ha gustado ayudar a los demás, no solo ahora. Yo trabajo por cuenta, entonces, si un amigo o vecino me necesita, paro de trabajar y acudo en su ayuda, lo primero es ayudarles. Por un vecino lo que haga falta, si tiene un problema se lo intento arreglar dentro de mis posibilidades", aclara Ponce.
Una semana después, Comares sigue trabajando para recuperarse, rehacer la vida anterior a la DANA va a ser una tarea muy compleja para los vecinos, pero unidos o con personas como Ponce, quizás el camino sea menos largo y algo más fácil.
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