La sequía golpea con dureza a las castañas del Valle del Genal

La sequía se deja sentir con dureza en los cultivos y la castaña del Valle del Genal no es ajena a la situación. "Es el peor año de la historia", afirma rotundo Sebastián Mena, responsable del almacén La Pilonga en Igualeja, uno de los centros históricos de recepción de este producto para su comercialización.

"En una jornada normal ayer me habrían entrado unos 20.000 kilos de castañas y solo llegaron 2.000", explica Mena, que considera que este año la producción de la zona en su conjunto no pasará de los 150.000 kilos, lo que supone alrededor de un 10% de una campaña con cifras normales.

Además, las elevadas temperaturas también han acabado con otra de las históricas ventajas de la campaña del Genal, y es que al ser más temprana que otras zonas productoras como Portugal o Galicia durante los primeros momentos de la campaña podía defender mejor sus precios al no estar saturado el mercado. "Ahora está ya el mercado inundado con castañas de otras regiones y es otro problema añadido", señala Mena. Este año la castaña fue bajando rápidamente de precio y de los 4,5 euros a los que empezó a pagarse en la actualidad ya se encuentra a 1,5 euros el kilo y se espera que siga bajando.

Además, teme que todavía se pierda parte de la escasa producción de castaña que existe en el bosque si las altas temperaturas se mantienen. "Todavía se va a perder más", sentencia Mena.

Unas previsiones que le resultan hasta optimistas a Diego, uno de los productores que acuden a entregar sus castañas a este centro de recogida. "¿Un 10%? No creo que llegue ni a un 5%, mire lo que le digo", afirma al ser preguntado por la cosecha.

"Mire lo que traigo en el coche, un saco, cuando mi producción en un año normal estarían entre los 3.000 y 4.000 kilos", explica Diego mientras se muestra resignado ante la climatología que tocó este año.

Además, asegura que no recuerda nada parecido desde el año 1995, fecha en la que se registró otra etapa de sequía. "Aquel año mi madre también recogió un saco de castañas", señala.

Mientras tanto, en la carretera que cruza el bosque de castaños entre Igualeja y Pujerra el ajetreo habitual de esta época casi no existe. Apenas se pueden ver recogedores de castañas y los pocos que hay se muestran muy pesimistas.

Uno de ellos es Antonio Gutiérrez, un vecino de Pujerra que estos días duda si recoger las pocas castañas que tiene en sus parcelas o dejarlas nuevamente allí como el pasado año. "Yo tengo poquitas, pero estoy pensando si cogerlas o no, igual me llevo algunas para la casa", indica mientras con una vara comprueba si un castaño que detectó está algo más cargado y ya se puede recoger.

En general la frenética actividad que debería verse en estos días se encuentra adormecida, con todo a medio gas, tanto en los castañares como en los puntos de recogida. De hecho ya hay propietarios que han decidido que este año no recogerán la cosecha ante la falta de rentabilidad de la misma.