La Alameda de Ronda seguirá siendo la meta de los 101 kilómetros de la Legión

La meta de los 101 kilómetros de la Legión se mantendrá la Alameda de Ronda como hasta ahora, aunque tras la importante reforma del espacio se había dudado si la prueba cambiaría de escenario para conservar el espacio. Así lo confirmó el Consistorio rondeño tras mantener un encuentro de trabajo con los responsables del Tercio Alejandro Farnesio IV para la organización de esta prueba.

En el caso de los vehículos ligeros y pesados que se usan para la logística de la prueba, en aras de cumplir con la normativa de acceso a este pulmón de la ciudad, recientemente remodelado, se va a habilitar tanto la plaza de Teniente Arce como el entorno del antiguo cuartel de la Concepción para que éstos puedan estacionarse y se puedan llevar a cabo con normalidad las actividades paralelas a esta competición deportiva.

"Así, ambas entidades seguirán trabajando de la mano en los próximos meses para el buen desarrollo de una cita deportiva que se retomará en 2024 después de que las misiones del Tercio en el Líbano impidiesen la organización de la carrera en el presente año", han explicado desde el Ayuntamiento

Como es habitual, desde el Ayuntamiento de Ronda se realiza un trabajo transversal -con Policía Local, Protección Civil, Deportes y otras áreas municipales- en total colaboración con la unidad militar, dada además la importancia de este evento, al que acuden miles de inscritos procedentes de más de una docena de países de todo el mundo.

Miles de deportivas volverán a recorrer los caminos de la Serranía de Ronda para poner a prueba su capacidad de resistencia en un recorrido en el que predomina el buen ambiente y compañerismo entre los marchadores que disponen de 24 horas para completar el recorrido marcado por la organización y que tiene en su tramo final los kilómetros más duros.

Además, desde el punto de vista económico supone una gran inyección para toda la comarca, ya que hoteles y alojamientos rurales registran unos índices de ocupación muy altos. A ello se suma el consumo en los restaurantes y bares de todas aquellas localidades por las que pasa la prueba y a las que se desplazan los acompañantes de los participantes para seguirles.