Melonera, la uva andaluza que revive
La bodega rondeña que lleva su nombre dedicó diez años de investigación para recuperarla
A partir de ahora podrá ser plantada en cualquier parte del país
Ronda/Más de diez años de investigación ha necesitado el equipo técnico de la bodega rondeña La Melonera para conseguir que la variedad autóctona que les da nombre sea inscrita en el registro de variedades comerciales por parte del Gobierno central, lo que supondrá su próxima inclusión dentro del catálogo de variedades reconocidas por parte del Consejo Regulador de Málaga y Sierras de Málaga.
Un largo camino que se inició por la inquietud del responsable de la bodega, Jorge Viladomiu, y la enóloga del equipo, Ana de Castro, que al tener constancia de las variedades autóctonas de la zona previas a la filoxera que se citaban en el libro de Simón de Rojas decidieron apostar por su recuperación.
Además, de este modo buscaban poder confeccionar unos vinos que tuviesen un elemento diferenciador en el mercado frente a los ensamblajes más habituales y que copan una amplia mayoría de las referencias, lo que supondría entrar a competir en un mercado ya muy saturado. Eso sí, conseguirlo no sería una tarea fácil, ya que tras comenzar la búsqueda de cepas de melonera y contactar con el Ifapa de Andalucía (Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica) se constató que tan solo había localizadas 5 unidades.
A partir de este reducido grupo de cepas se inició el trabajo de campo con un viñedo experimental para demostrar mediante diferentes estudios que se trata de una variedad que cumple con los requisitos para ser catalogada como comercial.
Una vez logrado este paso tocaba demostrar que las cepas estaban sanas y libres de virus, aunque fue entonces cuando tras realizar los correspondientes análisis especializados se descubrió que no lo estaban y que había que iniciar un proceso para su saneamiento.
Fue entonces cuando entró en juego el equipo técnico del Ifapa de Churriana que ha sido en encargado de lograr eliminar cualquier resto de virus y sanear las plantas. “Si ellos no lo hubiesen conseguido nada habría sido posible”, explica Ana de Castro, que quiso resaltar el “gran trabajo” realizado.
Una investigación privada, financiada por la propia bodega, pero que necesitaba de la colaboración de una entidad pública como Consejo Regulador para poder ir presentando los resultados de la investigación ante el Gobierno central. Por ello, De Castro, también resaltó el “importante papel” que jugó esta institución que desde un primer momento mostró su interés por esta investigación para recuperar parte del patrimonio andaluz que se encontraba extinto.
Y aunque este trabajo supone que a partir de ahora esta variedad se podrá plantar en cualquier parte del país y en Andalucía estaría reconocida por la denominación del origen Sierras de Málaga, desde la bodega se muestran especialmente satisfechos por el logro conseguido. Eso sí, en su caso cuentan con la pequeña ventaja de los años de experimentación y trabajo de campo, además de contar prácticamente con el 99% de las cepas de variedad melonera que existen en la actualidad.
Además, De Castro asegura que el trabajo con este tipo de uva es mucho más sencillo en la Serranía de Ronda, ya que cuenta con unas condiciones climáticas tan especiales y que le imprimen un carácter muy específico a sus vinos.
Tal es su adaptación al terreno que la vendimia de la misma no se realiza hasta finales de octubre y en ocasiones se llega a retrasar a las primeras semanas de noviembre. Además, su manejo en la bodega también sostiene la enóloga que es mucho más fácil. Eso sí, tiene un bajo rendimiento por cepa, aunque el caso de esta bodega lo consideran una ventaja y no un inconveniente.
Bardal también tendrá un vino exclusivo
La bodega La Melonera también alcanzó un acuerdo de colaboración con el restaurante rondeño Bardal, dos estrellas Michelin, para suministrarle de forma exclusiva una edición especial de su vino Yo Solo que está elaborado con uvas autóctonas. Un vino que fue elaborado con una saca realizada en el año 2011 y que es calificado por los responsables de la bodega como una edición “muy especial”. De este modo se busca incrementar la colaboración entre dos empresas locales para aprovechar todas las oportunidades de dar a conocer productos locales y ayudarse mutuamente. De un lado la bodega logra estar en un restaurante de alta gastronomía y los comensales dispondrán de un vino exclusivo.
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