Reservatauro, un refugio del toro bravo y el caballo de pura raza española en la Serranía rondeña

Turismo

El complejo se abrió un hueco en el mercado de los eventos de empresas y ya es un referente en la oferta turística rondeña

El turismo se recupera en Ronda y se aproxima a cifras prepandemia

Tres toros bravos descansan en la Dehesa. / Javier Flores

Ronda/A pocos kilómetros de Ronda, en la que se conoce ya como la vía del lujo, Reservatauro se consolida como un referente turístico de la ciudad del Tajo que tiene a la cría del toro bravo y el caballo de pura raza española en libertad como sus grandes reclamos. Junto a ellos se encuentra el circuito Ascari, otro proyecto que sus nuevos propietarios quieren relanzar y destinar hacia un cliente todavía más exclusivo, mientras a poca distancia avanzan las obras de la almazara museo creada por Philippe Starck que vendrá a ofrecer otra alternativa diferente al turista más allá de la oferta cultural y de naturaleza que tiene la ciudad del Tajo.

Precisamente, el cliente de alto poder adquisitivo representa en estos momentos la principal vía de ingresos de Reservatuaro, con un 50% de su negocio situado dentro del turismo de eventos de empresas de primer nivel. Un ejemplo de ello ha sido el paso de la multinacional de automovilismo Ferrari hace tan solo unos días, que durante 20 días organizó actividades para sus clientes más exclusivos vinculadas al mundo del caballo en estas instalaciones.

El otro 50% de sus ingresos se reparten a partes iguales entre los clientes que realizan las visitas estándar por la finca para disfrutar del paraje y los animales en libertad y aquellos que prefieren algo más exclusivo y realizan recorridos individualizados que terminan con un aperitivo en alguno de los patios, terrazas o salones de los que dispone el cortijo.

Ganado bravo pastando. / Javier Flores

Además, buena parte de los touroperadores que trabajan en la zona con viajes organizados ya tienen la visita a Reservatauro dentro de las rutas marcadas para la ciudad del Tajo. “Hemos conseguido crear una demanda a través de la puesta en marcha de un producto que no existía”, destaca Rafael Tejada, el empresario rondeño que está tras este proyecto.

Amante del mundo del toro y del caballo, fue torero, insiste en la necesidad de mostrar este sector cuya realidad sostiene que se encuentra muy alejada de la imagen que se implantó sobre el mismo. Animales que viven en libertad durante su vida y de los que tan solo una mínima parte terminarán siendo lidiados en una plaza de todos. “Aquí tenemos unos 200 animales y no creo que el año que viene terminen en una plaza más de 12 ¿Es muerte o vida lo que predomina?”, reflexiona, al tiempo que destaca el esfuerzo que se realiza durante muchos años para su cría y el mantenimiento de la finca en la que viven.

Una vez que se llega a las instalaciones el visitante tiene la oportunidad de conocer el ciclo completo de estos dos mundos tan unidos y a la vez tan diferentes como son el toro bravo y caballo.

Un recorrido en el que pueden observarse desde los potrillos que caminan junto a sus madres todavía con alguna dificultad por el monte hasta aquellos caballos que han en llegado a la edad para competir. El complejo cuenta con su propia yeguada de competición de doma clásica en la que recientemente han conseguido importantes éxitos en competición.

Potro de poca edad. / Javier Flores

Precisamente, el trabajo que realizan los jinetes con estos caballos de competición es otro de los atractivos que encuentran los turistas al llegar a la finca en la que realizan un paseo por las diferentes instalaciones en las que el trabajo diario de estos profesionales se convirtió en un atractivo turístico. “Tenemos que entrenar todos los días, trabajar con los caballos, atender a los animales, cuidarlos, es nuestro día a día”, explica Tejada, que se siente muy satisfecho de que el proyecto se encuentre consolidado y se recupere tras los duros años de la pandemia. “Ya tenemos el mismo nivel de facturación que registramos en el año 2019”, asegura.

El trabajo de los jinetes con los caballos es otro de los atractivos de la visita. / Javier Flores

Además, durante la visita también se incluye un recorrido por la dehesa en la que se encuentran lo toros bravos en libertad, pudiendo disfrutar del atractivo que supone ver de cerca de estos impresionantes animales por los que el hombre siempre tuvo fascinación desde la prehistoria. Al igual que ocurre con el caballo, se pueden observar desde los becerros de menos edad hasta aquellos toros que ya alcanzan edad adulta.

En cuanto a los visitantes, son los extranjeros los que sienten una mayor curiosidad por conocer el complejo, representando en estos momentos el 80% de los clientes, mientras tan solo un 20% es turismo nacional.

El toro y el caballo son dos signos de la cultura española y los turistas de fuera de nuestras fronteras tienen curiosidad por conocer por dentro cómo funcionan estos sectores. Una admiración por el toro bravo y el caballo de pura raza española que en este espacio pueden llevar al contacto directo, algo que sus responsables aseguran que agradecen los visitantes a la hora de poder conocer cómo viven estos animales y cómo se trabaja con ellos.

En cuanto a los eventos, el cortijo cuenta con diferentes salones para acoger reuniones, realizar comidas o pistas para la realización de demostraciones de doma clásica. De mismo modo también posee un plaza en la que se pueden realizar actividades y ver el manejo del ganado bravo.

En la actualidad, en el complejo se están ampliando las zonas de cuadradas para la yeguada, una vez que el proceso para contar con todo el ciclo de vida del caballo se pudo completar, algo en lo que se tardó 9 años, desde que llegaron las primeras yeguas hasta este momento en el que algunos de aquellos caballos se encuentran en competición.

Estas nuevas instalaciones todavía permitirán tener un contacto más directo al visitante con los caballos que se encuentren en las mismas, encontrando así una combinación entre los dos animales que han convertido a este espacio en una oferta turística diferente a las habituales en Ronda marcadas por su patrimonio y rica naturaleza.

Los responsables de Reservatauro esperan poder seguir ganando terreno en la captación de eventos de empresa de primer nivel, para lo que aseguran que “la clave está en apostar por la calidad y ofrecer productos diferenciadores”.

Como curiosidad, el complejo también cuenta con un pequeño museo sobre la tauromaquia en el que puedan verse diferentes trajes de luces, corto, zapatillas o los diferentes utensilios que se utilizan por parte de los toreros durante la lidia.

De igual modo, también pueden observarse carteles anunciadores o momentos de felicidad vivimos por el propio Tejada al indultar un toro o de mucha tensión al sufrir un fuerte cogida, poniendo de manifiesto así y en contraposición vida y muerte aunque con el sentido habitual invertido.

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