Restauración con sabor a integración
Discapacidad
La cafetería y servicio de comidas de Asprodisis lleva tres años abierto al público en su instalaciones
Ambos cumplen la misión de formar y demostrar que las personas con discapacidad son capaces
Ronda/Actividad frenética en cocinas, hay mucho trabajo que realizar y las horas pasan rápido. Agustín Pozo va dando órdenes a su equipo mientras el engranaje funciona a la perfección, como si de una máquina se tratara. No habría nada de especial en este relato, puede ser la descripción del funcionamiento de la cocina de uno de los muchos restaurantes que existen en nuestra provincia, si no fuera porque entre 4 y 5 personas del equipo son personas con discapacidad. “Funcionan como cualquier otra persona, ellos han tenido su proceso de formación y están en aquellos puestos para los que tienen más habilidades”, explica Agustín. Unos se encargan del office, otros están a cargo de la zona de servicio o ayudan en el corte de fruta y la preparación de la lasaña que formarán parte del menú diario.
Es la tónica habitual en la cocina del servicio de restauración de la asociación Asprodisis, que trabaja con personas con discapacidad, y que desde hace 3 años decidieron dar un salto más y contar con su propia cafetería y restaurante abierto al público, dentro de un programa que busca concienciar sobre las capacidades profesionales que desarrollan los usuarios en los talleres ocupacionales.
La descripción en el servicio de cafetería no es diferente. Allí por las mañanas el ajetreo es considerable a la hora de los desayunos y los camareros se afanan por sacar lo antes posible los pedidos, como en cualquier otro bar. En este espacio también siguen cada una de las personas con discapacidad un programa individual en función de las capacidades que han sido detectadas en las evaluaciones previas por los profesionales de diferentes ramas que trabajan en la asociación, aunque esa parte de la trastienda no la aprecia el cliente, que lo único que percibe es que no hay diferencias no cualquier otro bar. “Aquí es de los pocos sitios en los que pido un café templado y está realmente templado”, dice una de las clientas habituales.
Un hecho que puede deberse a que estas personas con discapacidad tienen una gran habilidad para mecanizar su trabajo y llevarlo al extremo de la perfección una vez que lo tienen aprendido.
Alfredo, uno de los camareros, mantiene la atención al público de la cafetería en solitario una vez que pasa la mayor afluencia de usuarios. Nadie encontraría diferencias con otro local. Y es que esa imagen ayuda en ocasiones mucho más que cualquier otro tipo de acción, ya que se trata de que los clientes vean que la persona con discapacidad es perfectamente capaz de desarrollar trabajos para los que han sido formados. Un handicap con el que tienen que convivir, el demostrar de forma continuada que son capaces de hacer algo. No solo se trata de dar desayunos, aquí también disponen de un autoservicio en el que ofrecen a los clientes el menú diario que se confecciona también los usuarios, siendo unas 200 las comidas que dan cada día.
Además, disponen de los envases necesarios para que poder llevarse el menú a casa, algo que hacen muchos de los usuarios de este servicio de restauración en el que integración laboral es una auténtica realidad y demuestran cada día que están perfectamente capacitados para atender un servicio de este tipo.
Una unidad que se completa con el taller de pastelería y panadería, que es también el encargado de suministrar los postres que se pueden encontrar en la zona de restauración de la asociación, que está abierta al público en horario de mañana y almuerzos, aunque su trabajo interno va mucho más lejos: también se encargan de las meriendas y cenas de los usuarios, ya que cuentan con residencia y clientes que aunque regresan a casa hacen varias comidas.
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