Análisis
Santiago Carbó
Tras un buen año en lo macroeconómico, en 2025 hará falta mucho más
La inmensa alegría que da ver el resurgir de ríos y arroyos en la provincia de Málaga tras las últimas lluvias es indescriptible. Las abundantes precipitaciones de la Semana Santa han supuesto un alivio para los embalses malagueños -aunque aún necesitan más- y en la Serranía de Ronda, donde han caído más de 400 litros por metro cuadrado, el agua vuelve a correr con fuerza por el campo y hasta la presa fantasma de Montejaque ha transformado su paisaje.
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