Apicultores de Ronda: "No tenemos armas para luchar contra el avispón"
Temen que si mantiene su ritmo de crecimiento de población terminará con las colmenas
Comenzó a ocasionar pérdidas y existe un importante pesimismo entre los productores
Una plaga de avispón desencadena una crisis ambiental en Málaga: 30.000 colmenas afectadas en una situación “insostenible”
Ronda/La pasada semana la organización agracia Coag daba la alarma sobre la expansión del conocido como avispón oriental, una especie invasora, aunque todavía no ha sido catalogada oficialmente como tal, que está haciendo estragos entre las colmenas de los apicultores. "Es muy agresiva y arrasa con todo", explica Joaquín Becerra, apicultor de Cuevas del Becerro y técnico apícola de Coag.
Y es que no solo ataca a las abejas productoras de miel, también ataca a todo tipo de insectos que encuentre en su zona de influencia, por lo que los daños para el medio ambiente van más allá de las pérdidas económicas que pueda ocasionar a los apicultores como matan a sus colmenas.
Una visión que está acorde con la desesperación que comienza a cundir entre los apicultores que ven con impotencia como el avispón acaba con sus colmenas. "No tenemos armas con las que luchar", se lamenta José Antonio González. Un apicultor que tiene unas 600 colmenas y que ve cada día como esta especie invasora espera a la entrada de sus colmenas a que salgan sus abejas para atacarlas y acabar con ellas con especial virulencia, como se puede apreciar en los vídeos que pudo grabar.
Además, se lamenta de que hasta el momento nadie les está ayudando para frenar al avispón. "La única solución es moverlas de sitio, pero el avispón está ya por toda Andalucía, poco remedio nos queda", señala José Antonio. Y es que asegura que tampoco están recibiendo ayudas económicas por los daños que les están ocasionando y tampoco alguna otra alternativa como la instalación de trampas que sean efectivas para su captura.
En este sentido, también mostró su contrariedad con la falta de acción para combatir este problema, señalando que "hasta que no pase una desgracia y mate a alguien no le echarán cuenta".
Un problema que se añade a los derivados de la propia sequía y que debido a las altas temperaturas hacen que se reduzcan la producción de miel cada año.
En un sentido similar se pronuncia Germán Bernal, otro apicultor de Faraján, que se muestra muy preocupado por la situación a la que se enfrenta el sector. Como su compañero de profesión, también sostiene que no tienen en estos momentos armas efectivas para luchar contra esta plaga más allá de mover las colmenas cuando detectan que están siendo atacadas.
"Empiezan por un lado y salen por el otro acabando con todo", explica. Y es que en su caso ya sufrió un ataque a un grupo de 10 colmenas de las que tres fueron aniquiladas por el avispón. "El resto aunque se había producido una merma pudieron sobrevivir", señala.
Además, expresó su temor a que ocurra algo parecido a lo ya ocurrido con la avispilla del castaño cuando en un primer momento se tardó en actuar y la plaga se terminó extendiendo. Y es que en tan solo un año han pasado de ver algunos ejemplares sueltos a tener una gran presencia y pérdidas de alrededor de un 6%. "El año que viene nos quedamos sin colmenas, no tenemos dudas", afirma rotundo.
De igual modo, también advierte sobre el peligro que tiene para el resto de especies a las que ataca porque no posee ningún depredador natural que pueda frenar su expansión, por lo que teme que sin una acción directa el daño al medio ambiente, no solo a las colmenas, puede ser muy importante. "Contra estas avispas no sobrevive nada", señala.
También apuntan en todos los casos a que no se trata solo de una afección a las abejas autóctonas, también están atacando a los frutales ocasionando diferentes daños en los mismos, por lo que piden que se tomen medidas urgentes para evitar que su presencia se siga extendiendo hasta un punto que ya sea irreversible.
También te puede interesar
Lo último