Espumoso rondeño hecho (casi) a mano
La bodega rondeña Doña Felisa consigue consolidar este vino con una producción de 14.000 botellas
Ronda se apunta al mundo de los espumosos
Ronda/Los vinos de la provincia de Málaga han experimentado un importante crecimiento en los últimos años, aunque en la mayoría de los casos las bodegas están centradas en la producción de tintos, blancos y rosados. Unas referencias que han logrado hacerse un hueco en este competitivo mercado que tiene en la Costa de Sol a uno de sus grandes consumidores. No obstante, sigue existiendo un nicho de clientes aficionados a las burbujas, como se autodenominan algunos aficionados a los vinos espumosos, que no encuentran muchas elaboraciones realizadas en la provincia pese al aumento de referencias que se está produciendo en España más allá del conocido Cava que se produce en varias regiones o el popular Champán franceses.
A pesar de la falta de opciones, sí que existen espumosos malagueños que han logrado consolidarse en el mercado como es el casco de Cloe Brut Nature de la bodega rondeña Doña Felisa del que se elaborarán este año unas 14.000 botellas. Una cifra que considerablemente superior a las 6.000 botellas con las que llegó al mercado.
Elaborado mediante método tradicional es un espumoso sin ningún azúcar añadido (brut nature) a base de uva variedad Savignon Blanc, con crianza en rima.
La producción de este espumoso conlleva se realiza en gran parte de forma manual, como el proceso para la recogida de la uva o los 14 meses en rima en los que los trabajadores tienen que girar una a una las botellas que están tumbadas para que las lías que están decantadas sigan teniendo contacto y mejore la integración de la burbuja o la untuosidad de este vino, según han explicado desde la bodega.
Tras este periodo de tiempo en el que tiene que realizarse este mismo proceso tres o cuatro veces se colocan en un giro palet que se encarga de imitar el movimiento del giro de muñeca durante de diez días hasta que consigue colocar la botella totalmente en vertical con las lías en la punta de la botella. Este proceso es necesario para poder realizar el siguiente paso que es degüelle.
Es en este momento cuando entra en juego una congeladora que lleva esta pequeña porción de la botella a los -24 grados que permite que la máquina de degüelle pueda retirar la champa y eliminar las lías al tiempo que rellena para evitar pérdida de carbónico y lo hace con el propio vino, ya que en su caso no utilizan ningún tipo de licor de expedición.
Todo este periodo supone un trabajo de aproximadamente dos años de trabajo para que pueda salir al mercado la nueva añada que tienen el mercado malagueño como principal destino. Eso sí, aunque llega para Navidad, su principal momento de consumo aseguran desde la bodega que no es este momento al ser espumoso pensado para acompañar comidas y no como vino de brindis para después de las comidas que es como suele utilizarse en estas fechas.
"Creo que el precio de nuestro espumoso no es para brindar tras las uvas, nuestra principal fecha de consumo es hacia final de primavera y verano porque el enfoque ha sido siempre que sea un producto muy gastronómico y creo que lo hemos conseguido, se utiliza mucho más para comer que para el momento brindis", ha explicado Julia Losantos, enóloga de la bodega.
Junto a este espumoso consolidado también se pueden encontrar en la zona otros proyectos que comienzan a trabajar en espumosos como es el caso de la bodega Badman o Lunares, aunque en este último caso todavía no tienen fecha para su salida al mercado y aseguran que siguen trabajando en su desarrollo.
En la provincia también existen otras opciones como Botani o Tartratos que son dos casos que se pueden encontrar en el mercado y en los que la uva que se utiliza es moscatel, otra de las más conocidas en la Axarquía.
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