Gaspar Mena, el hombre del tiempo en Alpandeire

Alpandeire/La meteorología es una de las pasiones de muchos aficionados que poseen diferentes sistemas y siguen distintas páginas especializadas para observar la evolución del tiempo. Otros hasta se atreven a realizar las suyas propias tras analizar los datos de diferentes sistemas de observación.

Eso sí, una vez que llegan las precipitaciones toca tirar de los registros de las estaciones meteorológicas que se encuentran repartidas por el territorio. Aficionados, agricultores o vecinos buscan saber cuántos litros han caído en aquellas zonas en las que descargaron las nubes.

Para ello en la actualidad la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) cuenta con estaciones situadas en puntos estratégicos para tener una visión real sobre el terreno. Lluvia caída, temperaturas, humedad relativa o viento son algunos de los datos que se recogen de manera automática.

Eso sí, no siempre fue así y esos registros llegaban gracias a una enorme red de colaboradores que se encargaban cada día de tomarlos de forma manual y enviarlos vía telefónica a sus centros de referencia en cada provincia. Uno de esos 'hombres del tiempo' es Gaspar Mena, un vecino que lleva más de 30 años yendo diariamente a controlar la estación que posee Aemet en Alpandeire.

Mena tomó el relevo de otra vecina, Ana Jiménez, que le propuso comenzar a colaborar con la agencia. “Siempre me gustó y le dije que sí”, explicó. Desde entonces no falló ningún día y guarda como su tesoro personal los libretos en los que recopiló la lluvia y temperatura diaria en este largo periodo de tiempo. “Una vez que acepté me dieron un curso de formación y los utensilios con los que realizar el trabajo”, ha señalado.

Ahora su misión cambió una vez entró en servicio la estación automatizada que se encuentra situada junto a la manual. “Me encargo de registrarlos cada día por si la otra falla o tiene algún problema a la hora de medir la lluvia, ya que cuando es demasiado fuerte hay momentos en los que balancín no es capaz de registrar todos los litros”, ha explicado. Es entonces cuando entrega en juego sus apuntes manuales para corregir ese dato y tener la cantidad exacta de precipitaciones que se produjeron. Un caso que ha aseagurado que se produjo entre la noche del lunes y la madrugada de este pasado martes cuando las lluvias dejaron 85 litros por metro cuadrado en solo unas horas. “Esta mañana estaba todo desbordado”, ha apuntado. Además, se percató del posible error al oír en las radios y leer en los periódicos el dato que se estaba dando sobre su municipio.

Unas lluvias que por momentos fueron tan intensas que pensó que podía repetirse el episodio registrado en el año 2018 cuando en una sola jornada midió unos 500 litros. “Creíamos que se podía volver a ocurrir algo similar”, ha sñalado Mena. Afortunadamente las precipitaciones no llegaron al nivel de aquel año cuando se produjeron numerosas inundaciones en distintos puntos de la Serranía de Ronda. 

A ello suma que es una especie de ‘hombre del tiempo’ de su municipio, ya que en Alpandeire el resto de vecinos no se preocupan por mirar los datos en internet y recurren directamente a Gaspar. “Los vecinos me van preguntando por el agua que cayó el día anterior conforme me van viendo”, ha afirmado Mena.

Además, también se encarga cada lunes de caambiar las bandas de papel en las que el sistema de la estación manual sigue registrando de forma constante la temperatura y la humedad relativa en una gráfica.

En la actualidad, durante el mes de octubre, lleva registrados unos 200 litros de precipitación, una cantidad que ha asegurado que se encuentra dentro de los límites de un año "normal" en cuanto a pluviometría se refiere en la zona. "Aquí solemos oscilar entre los 800 y los 1.200 litros por año, en casos excepcionales podemos llegar a los 1.500 litros", ha explicado.

Por otra parte, espera que se pueda producir un buen año de setas, ya que, además de las lluvias que han llegado en el momento oportuno, también se están registrando unas temperaturas que favorecen su crecimiento al no ser muy bajas.