Genalguacil, 30 años apostando por el arte contra la despoblación

El proyecto asume el reto de su profesionalización y ya cuenta con su propio laboratorio y una fundación

El municipio está logrando atraer a artistas y turistas que hacen crecer los negocios de hostelería

Europa mira a Genalguacil como modelo de innovación rural

Vecinas junto a varias obras de arte expuestas en las calles / Javier Flores

Genalguacil/Genalguacil celebra los 30 años de sus encuentros de arte, un evento que fue la semilla del actual proyecto que apostó por el arte contemporáneo como elemento de lucha contra la despoblación en una zona especialmente castigada como es la Serranía de Ronda y el Valle del Genal en particular. 

"Hemos conseguido frenar la tendencia y hasta crecer algún año aunque sea levemente", explica el alcalde de esta localidad, Miguel Herrera, que es un gran convencido de esta apuesta por la cultura como herramienta para luchar contra la marcha de vecinos. 

Años de trabajo continuado que han hecho posible que ahora esta actuación se "profesionalice" y cuente con un abanico de opciones que buscan todos un mismo objetivo, crear el ambiente necesario para que se pueda dar oportunidades a los vecinos y puedan elegir entre quedarse o marcharse.

Eso sí, desde la Alcaldía son conscientes de que no se puede aspirar a recuperar aquellos 1.500 vecinos que llegaron a tener en el pasado. "Ahora la estructura de familia cambió y lo máximo que podríamos acoger son unas 800 personas", dice Herrera. Una cifra que representa aproximadamente el 50% de la población actual de la localidad.

Los estudios de los artistas se pueden visitar. / Javier Flores

Ahora el proyecto cuenta con su propia fundación, un museo de arte contemporáneo que ofrece exposiciones de primer nivel, un laboratorio de innovación y lucha contra la despoblación, las obras situadas en todo el casco urbano y la aportación propia de los diferentes artistas que han situado sus estudios en el municipio y que son accesibles para los visitantes. Pintura, escultura, creaciones en telas y lanas o fotografía son algunos de ellos. También se cuenta con artesanos de primer nivel dedicados a la elaboración de zapatos a medida, elementos de madera o esparto, entre otros.

Todos ellos coinciden en señalar que han encontrado en este municipio un lugar en el que se entiende a los artistas y no se les mira como un elemento extraño que llegó a la localidad.

Eso sí, como apunta Marie Isabelle Poirier y Patrick Fossey, también es importante que los artistas sepan implicar a los vecinos y que ellos vean que esta actividad también tiene una repercusión directa sobre sus vidas más allá del aspecto económico o de lucha contra la despoblación. Muchos de ellos organizan talleres y actividades dirigidos para los vecinos y así complementan las actividades de ocio y siguen acercando el arte a la población.

Sebastian Hedgecoe, fotógrafo británico, también coincide en señalar que fue este aspecto, la forma de ver el arte de sus vecinos, lo que hizo que se decidiese a fijar su residencia y su estudio en el municipio tras residir durante varios años en otra localidad de la Serranía, lugar del que se enamoró tras conocerlo.

Diversos artistas se han instalado en la localidad durante este tiempo / Javier Flores

Un proyecto que le valió el sobrenombre de Pueblo Museo y entrar dentro del listado de los pueblos más bonitos de España.

Todo ello hace que se generen nuevas oportunidades de negocio vinculadas al turismo, ya que, pesa a las deficientes comunicaciones, son muchos los que se animan a viajar a la localidad para conocerla.

"Solo con la gente le pueblo no podríamos hacer frente a los gastos del restaurante y personal", explica María José González, que se decidió a volver a su pueblo y ponerse al frente del restaurante que acaba de cerrar. Ahora, pese a su juventud, emplea a su propia madre en cocina. Ella reconoce que sin el arte los visitantes que hacen que su negocio sea rentable no llegarían a la localidad.

Un atractivo que incluso hizo que se transformarse otro los bares del pueblo en un restaurante vegano. Curiosamente, el propio local se convirtió en un atractivo por lo curioso que resulta que esté ubicado en un pequeño municipio en los límites del Valle del Genal.

María José González, una joven emprendedora de la hostelería / Javier Flores

También florece con la llegada de turistas el negocio de alojamientos turísticos. Además de la posada existen numerosas viviendas que estaban vacías que están siendo reconvertidas y para ello también están utilizando algunos elementos de los artistas y artesanos locales.

La responsable del complejo Jardines del Visir también reconoce que el gran atractivo del municipio es el arte. "Primero vienen por el arte y luego vuelven porque se han enamorado del pueblo y sus gentes", señala Verónica Peña mientras traslada el carro con los juegos de toallas y sábanas para preparar los alojamientos, y es que es día de salidas.

En su caso cuentan con seis habitaciones en la posada, cuatro apartamentos y dos casas rurales. Además, también recurren a casas de vecinos que han decido reformarlas 

Y es que el número de visitantes que recibe la localidad es bastante significativo. El dato de las personas que pasan por el museo es una buena prueba de ello, siendo entre 25.000 y 30.000 al año.

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