Jimera de Líbar se llena de solidaridad tras la riada de lodo y piedras

Una fábrica de chacinas ha sufrido importantes daños con miles de euros en pérdidas de maquinaria y productos

Una fuerte tromba deja inundaciones y diversos daños en Jimera de Líbar

Daños en el interior de la fábrica Domínguez Medina de Jimera de Líbar
Daños en el interior de la fábrica Domínguez Medina de Jimera de Líbar / Javier Flores

Nadie pensaba en Jimera de Líbar que los peores efectos de las lluvias torrenciales provocadas por la DANA pudiesen producirse en el propio municipio. Todas las miradas estaban puestas en la barriada de la estación y hasta el Ayuntamiento había ordenado el desalojo preventivo ante la posibilidad de que el río Guadiaro se desbordara y volviese a ocasionar inundaciones como ocurrió en el pasado.

Mientras tanto, sobre la sierra comenzaba a descargar con toda su fuerza una tormenta que provocó una riada de lodo y piedras que desembocó en la calle Baja del municipio dejando casi dos metros de restos en su calzada. Puertas de garajes cubiertas hasta la mitad por el material arrastrado, varios coches afectados, el parque infantil completamente cubierto por el fango y una fábrica de chacinas y salazones seriamente dañada.

En su interior los propietarios, trabajadores y voluntarios tratan de devolver algo de normalidad, aunque acumulan miles de euros en pérdidas por la afección a la maquinaria y a cientos de kilos de productos que fueron alcanzados por el agua. En su interior en algunos puntos el agua alcanzó casi los dos metros de altura.

Productos dañados en la fábrica
Productos dañados en la fábrica / Javier Flores

"Fuimos a colocar unos sacos de sal sobre la puerta y cuando nos dimos cuenta el agua nos llegaba por las rodillas, fue en un segundo", explica Mayte Domínguez, una de las responsables de la fábrica mientras trata de aguantar las lágrimas. "Pasamos mucho miedo, fue como en Valencia, el agua de repente subía y subía, aunque nosotros tuvimos la suerte de poder salir porque el agua se encontraba solo en un punto concreto, no paraba de acordarme de ellos", ha señalado entre lágrimas.

Mayte sigue abrumada por la solidaridad de sus vecinos y de pueblos cercanos, y es que, según ha explicado "ayer vinieron cincuenta personas a ayudarnos, hoy estamos sacando barro, pero ayer sacamos árboles enteros".

La riada dañó palets completos de huesos, tocinos, pancetas ibéricas, costillas ibéricas o conservas que ahora están sacando de las instalaciones para tirarlas al no estar aptas para su venta. Además, dada la proximidad de las Navidades habían hecho un importante acopio de materia prima para atender las peticiones de sus clientes.

Ahora permanecen a la espera de la respuesta que puedan tener de los seguros o las ayudas que puedan recibir para saber si podrán volver a poner en funcionamiento las instalaciones y volver a la actividad.

Trabajadores retiran las cajas alcanzadas por el lodo
Trabajadores retiran las cajas alcanzadas por el lodo / Javier Flores

Mientras tanto el ir y venir de compañeros y vecinos con cajas llenas de productos no cesa con la esperanza de poder volver a la normalidad lo antes posible.

Trabajo en las calles

Junto a las instalaciones de la fábrica la maquinaria pesada trabaja sin descanso para tratar de retirar las toneladas de barro, piedras y trozos de madera que han quedado acumulados en la calle.

También equipos del Ayuntamiento despejan las zonas afectadas de los restos dejados por la riada en la zona de entrada a la ciudad. Otros se han dedicado a apoyar a los vecinos a los que les entró agua en sus viviendas, aunque no se registraron daños materiales.

Bartolomé Domínguez es uno de esos vecinos afectados a los que el agua entró en la zona baja de la vivienda en la que suelen hacer su vida. "Pasé mucho miedo por mi familia porque me pilló fuera repartiendo", ha explicado mientras sigue tratando de limpiar sus muebles y amontona ropa en la entrada.

Toneladas de barro y piedras han quedado depositados en la zona afectada.
Toneladas de barro y piedras han quedado depositados en la zona afectada. / Javier Flores

Por su parte, el alcalde del municipio, Francisco Lobo, ha agradecido a sus vecinos la solidaridad que han demostrado en estos momentos tan complicados. "Ha sido muy emocionante, el pueblo se ha volcado y hasta trabajadores públicos se han pedido días de asuntos propios para ayudar", ha señalado.

De momento, los trabajos se han centrado en tratar de despejar las calles bloqueadas por el lodo y en apoyar a los vecinos afectados, por lo que no se ha realizado aún una estimación de daños. Eso sí, ha asegurado que "una cosa así nunca la habíamos visto aquí".

Aunque Jimera de Líbar fue la localidad más afectada, también se produjeron inundaciones en poblaciones cercanas como la Estación de Cortes de la Frontera, El Colmenar o Ronda. En esta última ciudad un hotel situado en la pedanía de Fuente la Higuera se vio afectado por la entrada de lodo y ha sido necesario el apoyo de efectivos de Protección Civil.

stats