Júzcar se reinventa más allá de los pitufos

Júzcar se popularizó como Pueblo Pitufo cuando la multinacional Pictures se fijó en esta pequeña localidad del Valle del Genal de poco más de 250 habitantes para que fuese el escenario de la presentación de sus nueva película de ficción con los populares personajes azules. Tras aquel éxito repentino de popularidad, la localidad decidió conservar el color azul y mantener algunas de las figuras que se dejaron en la localidad de estos personajes que hicieron que miles de personas la visitasen. No obstante, las discrepancias con los propietarios de los derechos de autor de Los Pitufos llevaron al Consistorio a tomar la decisión de eliminar las figuras de gran tamaño que había en las casas y a dejar de utilizar el sobrenombre para sustituirlo por la Aldea Azul.

Lejos de lo que pudiese parecer en un primer momento, el municipio siguió creciendo en visitantes y el pasado año registró su récord con más de 66.000 personas que pasaron por su punto de información turística. Entre 2012 y 2023 la localidad ha presentado una media de 47.000 turistas al año. Ahora, cuando el pasado pitufo ya es historia, desde el Consistorio, con el apoyo de la Diputación de Málaga, busca dar un nuevo impulso a este municipio que se convirtió en una de las referencias turísticas de la Serranía de Ronda. Para ello ha decidido volver a llenar sus calles de personajes, aunque en este caso son reales y pueden encontrarse en los bosques situados alrededor del municipio. Nutrias, peces, ciervos o ejemplares del Martín Pescador han sido los primeros en llegar y de los que ya se puede disfrutar. Están especialmente pensados para poder hacerse fotografías con ellos.

Una primera entrega que se espera que a final de año sea completada con nuevos personajes que llegarán en forma de figuras para ubicarse en nuevos puntos del pueblo para dar un impulso a su atractivo. Todo ellos, igualmente, serán elementos que pueden encontrarse en los bosques y ríos próximos. Unas figuras que han sido encargadas a una empresa especializada andaluza que se está encargado de la confección e instalación de las mismas. “Queremos que sea algo real que también nos pueda servir para mostrar la riqueza de nuestros montes, además de crear un atractivo para los pequeños que visitan la localidad”, explica el alcalde de Júzcar, Francisco Lozano.

De momento los pequeños del municipio fueron los primeros en descubrir estos personajes y no duraron en fotografiarse junto a ellos. Mientras tanto, entre los vecinos también se ha mostrado satisfacción por la confección de los mismos y ya se espera la llegada de los próximos.

A ello se suman otros atractivos como la tirolina que cruza el casco urbano, el rocódromo o el puente tibetano que se instalaron en una primera fase de este proyecto de reinvención del destino.

Una pujanza turística que en estos momentos hace que el pueblo cuente con nueve negocios activos, entre los que se incluyen un hotel, restaurante, bares, tiendas de recuerdos y un quiosco en el que también se confecciona cocina rápida durante las noches. A ellos se suman las numerosas viviendas del municipio que están destinadas a acoger a los visitantes.

Aunque las figuras principales y oficiales han sido retiradas, en algunos puntos del municipio algunos vecinos siguen conservando figuras de pequeño tamaño que adquirieron en su momento y que mantienen el recuerdo de aquel pasado. También en algunas de las tiendas siguen existiendo máquinas de entretenimiento para los pequeños que están inspiradas en estos personajes de ficción.

Además, aunque no formen parte de este mundo, sí que se mantienen pinturas y figuras en forma de seta que pueden recordar a esta película pero que son un homenaje a la riqueza micológica que tienen los bosques de Júzcar. La siguiente fase de este proyecto, una vez que estén instaladas todas las figuras, será el acondicionamiento y señalización de cinco senderos públicos.

El quiosco vuelve a abrir tras diez años cerrado

Natalia y José Antonio son los dos últimos repobladores que se han sumado al proyecto de Aldea Azul. En su caso apostaron por la apertura del quiosco con forma de seta que construyó el Ayuntamiento pero que llevaba diez años cerrados. “Es la mejor decisión que tomé en mi vida”, asegura Natalia. Y es que además de los pequeños de la zona los visitantes que recibe la localidad les aportan una gran variedad de clientes. Incluso por las noches ofrecen comida rápida. “Hemos pasado de trabajar y trabajar solo para pagar y no llegar a final de mes a tener tranquilidad”, señala. Ahora, con la buena acogida de su negocio ya están pensando incluso en poder ampliarlo para ampliar los servicios a los turistas.