Ronda se llena de música en su noche en blanco

Ronda se llenó para vivir una nueva edición de su Noche en Blanco, un evento que combinó la apertura de monumentos y museos con música y espectáculos en la calle destinados a mayores y pequeños.

En esta noche se pudieron disfrutar de forma gratuita de algunos de los principales reclamos de la ciudad del Tajo como sus Baños Árabes, colegiata de Santa María, Real Maestranza de Caballería, Museo Peinado o la desconocida ermita rupestre de la Oscuridad que se encuentra en pleno centro y que muchos desconocen.

Además, las visitas fueron completadas como cuentos de origen andalusí, música de arpa y flauta, rock o la apertura de zonas que habitualmente no son visibles como es el caso del campanario de la colegiata de Santa María. En ese caso sí que se estableció una entrada solidaria, ya que para acceder al mismo había que entregar aceite de oliva virgen extra destinado al economato de la ciudad.

A ello se sumaron diferentes actuaciones musicales al aire libre como la actuación del joven cantautor rondeño, Nazario Guerrero, acompañado de su inseparable piano en el patrio del centro cultural de la Fundación Unicaja.

Música que también se pudo encontrar durante toda la noche en la plaza de España junto al Puente Nuevo o en la Alameda del Tajo para deleite de los visitantes y rondeños, ya que fueron muy diversos los estilos que estuvieron presentes.

También se realizaron representaciones callejeras para pequeños, actuaciones de bailes de flamenco o danza.

Por las calles también se encontraban actores recordando a Vicente Espinel, exposiciones de fotografía o talleres de pintura rápida.

Unas actividades que culminaron con el multitudinario concierto de La Flaka junto a los jardines de Blas Infante, también gratuito.

Un broche final para una noche que estuvo acompañada por una notable bajada de temperaturas y que hizo que muchos recurriesen a la manga larga, algo que está siendo habitual en Ronda durante este verano. Y es que pasear por la parte histórica iluminada y sin tráfico fue un atractivo complementario que hizo vivir la noche rondeña de otra forma.