Los turistas extranjeros regresan a las bodegas de la Serranía de Ronda

Enoturismo

Las visitas llegan a cifras parecidas a 2019 y en algunos casos aseguran que están por encima de un año que fue récord

Las visitas empiezan a volver a las bodegas en Ronda

Visitantes en los viñedos de la bodega Schatz.

La finalización de las restricciones con motivo de la pandemia también se han dejado notar en el sector del enoturismo en la Serranía de Ronda. Aunque ya el pasado año el turismo nacional supuso una importante recuperación en el número de visitas, en la actual temporada es cuando se está notando una importante recuperación con cifras similares a 2019 y, en algunos casos, superiores.

Estamos atendiendo la 150 personas semanales”, explica Antonio Martínez, responsable de la empresa especializada en visitas a bodegas y catas Milamores que trabaja con bodegas como Lunares, Excelencia, Schatz, Badman, La Melonera o Gonzalo Beltrán. Unos datos que asegura que para ellos suponen unas cifras “muy buenas”, ya que se trata de una experiencia que se realiza en grupos reducidos, por lo que en algunas bodegas llegan a tener que realizar dos turnos.

Y es que si el pasado año era el turismo nacional el que tenía un mayor tirón, esta temporada el turismo extranjero también comenzó a regresar. Una muestra de ello es la variedad de clientes que el pasado martes tuvo esta empresa en sus visitas, con visitantes procedentes de Rumanía, Estonia e ingleses. “Ahora ya se piden muchas visitas en inglés”, indica Martínez.

Cata en la bodega Lunares. / Javier Flores

Mientras tanto, una de las guías de la empresa, Gema Pérez, también notó un importante incremento en el inicio de la temporada alta para este sector en la Serranía de Ronda, algo que se mantendrá hasta finales de junio. Posteriormente, tras pasar los principales meses de verano tocará la segunda temporada alta entre los meses de septiembre y diciembre. “Ahora es cuando tenemos nuestros meses fuertes, una vez que llegue julio y agosto el turista nacional busca playa y solo vienen los turistas extranjeros”, explica.

En su caso son ya siete las bodegas en las que ofrecen sus servicios, aunque también están teniendo una importante demanda para la realización de catas en diferentes municipios o en casas particulares.

También están notando el incremento de visitantes en una de las bodegas más conocidas de la comarca rondeña, Cortijo Los Aguilares, que dispone en estos momentos de dos personas que se dedican exclusivamente a atender las visitas. “Estamos en cifras superiores a 2019 que fue un año de récord para nosotros”, explica Bibi García, la directora técnica de la bodega.

En una de las visitas realizadas esta semana a la bodega había canadienses y suizos, dos nacionalidades que no son muy frecuentes en los datos de visitas turísticos de la zona. En ambos casos habían probado en sus países algunos de los vinos de esta bodega rondeña y quería conocer su modo de elaboración y la zona en la que se producían

Dos turistas toman fotos de los vinos de la bodega Los Aguilares. / Javier Flores

También en la bodega Real Fábrica de Hojalata, situada en Júzcar, han notado un incremento de las visitas a las bodegas. En su caso también los turistas extranjeros han vuelto, representando en estos momentos un 50% de las personas que acuden a vivir la experiencia que ofrecen en esta bodega.

Mientras tanto, en otra de las bodegas de mayor tamaño, Doña Felisa, también han constatado el regreso del turismo extranjero. “La verdad que estamos trabajando muchísimo, hasta dos turnos al día, ya empieza a notarse el turismo extranjero”, señala Gema Alonso, responsable de área de enoturismo de la bodega.

Sala de barricas de la bodega Descalzos Viejos. / Javier Flores

Por su parte, el responsable de la bodega Descalzos Viejos, Flavio Salesi, también confirmó el importante crecimiento que han experimentado las visitas. “Estamos sobrepasados”, señaló. En su caso esta semana también han contado con una visita en la que todos los integrantes del grupo eran estadounidenses, lo que supone también la vuelta de turistas de un país que fue especialmente restrictivo con España a causa de la pandemia.

Unas cifras muy importantes para un sector que cuenta en la actualidad con más de una veintena de bodegas en la zona, todas ellas con la misma filosofía de producir vinos de autor de mucha calidad y con viñedos de pequeño tamaño, ya que las bodegas más importantes gestiones unas 20 hectáreas de viñas y algunas no alcanzan las 2 hectáreas.

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