Vino y estrellas bajo la noche rondeña

La bodega Cortijo Los Aguilares organiza observaciones astronómicas acompañadas con varios de sus vinos

Las jornadas alternan días dedicados a la Luna con otras dedicadas al denominado cielo profundo

Los vinos de las estrellas Michelin nacen en Ronda

La observación se hace al aire libre junto a la bodega / Javier Flores

Llega el verano y las actividades al aire libre durante la noche se convierten en las preferidas de muchos visitantes que buscan evitar las horas de más calor. En la actualidad en enoturismo representa una importante fuente de ingresos para muchas de las bodegas de la Serranía de Ronda y dentro de este marco en Cortijo Los Aguilares buscaron darle un nuevo giro de cara al verano.

Tras realizar varias pruebas el pasado año este verano han puesto en marcha esta actividad que permite disfrutar del vino mientras se participa en una actividad de observación del cielo y las estrellas dirigida por un astrónomo.

Una actividad que se realiza junto a la bodega y en la que no falta de nada, incluidas las hamacas que permiten la observación del cielo de forma cómoda. Tampoco falta la correspondiente manta en cada una de ellas para cuando comience a llegar el fresco de las noches rondeñas al avanzar la madrugada.

La actividad incluye la degustación de varios vinos de la bodega desde el atardecer / Javier Flores

Tampoco falta la oportunidad de tener un meteorito auténtico y poder tocarlo, algo que hace especial ilusión a los más pequeños y que causa sorpresa entre los mayores.

Además, en función del día elegido se pueden realizar observaciones de la luna o de cielo profundo. “La semana pasada vinimos a ver la luna y esta semana hemos repetido para ver el cielo profundo, se lo prometimos al niño”, señalaba uno de los asistentes.

La noche de aprendizaje tiene que estar acompañada en una bodega de sus vinos. En este caso, fueron tres los que tuvieron a su disposición los asistentes. El nuevo blanco de la bodega (Breñal) y dos de sus tintos (Pago del Espino y Tadeo). A ello se añaden patatas fritas, palomitas, chucherías y melón que están a disposición de los visitantes durante toda la actividad que se prolonga hasta pasada la una de la madrugada.

Cada persona dispone de su hamaca para la observación del cielo / Javier Flores

Y es que tras las explicaciones sobre las composiciones del cielo y qué se puede observar, también se tiene la oportunidad de realizar observaciones directas en telescopio para ver diferentes objetos.

También podemos aprender cómo localizar la estrella polar en todo momento o si el horóscopo que tenemos realmente corresponde con el que marcarían las estrellas en función de nuestra fecha de nacimiento. Quizás muchos se lleven una sorpresa en este aspecto.

En la bodega se muestran muy satisfechos con la acogida que está teniendo esta combinación de vinos y estrellas, y es que las dos primeras fechas han completado el aforo y para la próxima fecha han teniendo que aumentar el número de hamacas ante una mayor demanda. Pese a ello también tienen ya todas las plazas ocupadas.

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