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El poder de una buena historia es capaz de movilizar y levantar a las masas. Arrancarles en un impulso innato una lágrima, una voz, un suspiro o el empujón necesario para comenzar una lucha. Las que nacen de lo profundo, como la historia viral de Sergio, son de ese tipo de historias. ''Os voy a contar una historia. Ayer nos llego a la urgencia un niño de 3 años en coma'', así comenzaba el relato de Juan, un sanitario del hospital Reina Sofía que se encargó de abrir un hilo en Twitter contando esta experiencia con final feliz durante una de sus guardias.
Su labor pone en valor, una vez más, el trabajo titánico de todos los sanitarios y su implicación para salvar vidas. Y aunque se dice que a todo lo malo se acostumbra uno, la realidad es que la humanidad está más allá de las batas y uniformes. Así empieza desde que el pequeño entró, una carrera frenética para salvarle la vida. ''Tiempo de espera 0 segundos (por el tema de las quejas de que hay que esperar)'', relata el usuario.
Sergio ingresó con fiebre alta. Su madre le llevó al hospital una vez perdido el conocimiento. Al principio, piensan en una convulsión febril por lo que se le reanima, se le administra oxígeno y lo monitorizan. Después, ''y ante la sospecha de sepsis'', se le administra antibiótico. El pequeño seguía sin responder. Llegados a este punto se procede también a entubar al niño, a la primera no funciona y colapsa el pulmón. Lo salvan y se le traslada al hospital Miguel Servet con un TAC sin alteraciones aparentes.
''El traslado lo hicieron los compañeros de la UVI móvil (unos cracks para esto) y llegó estable''. De aquí, a la UVI pediátrica. Tras la noticia y 4 intensas horas, Juan se marcha a descansar aunque siguiendo en diferido en su cabeza la evolución del pequeño. A primera hora, suena su móvil. En un sobresalto premonitorio, un mensaje de una compañera despierta la esperanza: ''el niño ha estado estable y que van a intentar retirar el tubo a ver qué tal responde neurológicamente.''
Al mediodía Juan se marcha a casa. Dos horas después llega la noticia: ''Alvaro está viendo dibujos animados'', le escribe una compañera de la UCI. Descargando los nervios, el estrés, la preocupación y con la satisfacción de salvar una vida confiesa que ''se me saltan las lagrimas.'' Y no es para menos.
''Qué gran trabajo de mi compañera pediatra, de la intensivista, de mis compañeros de urgencias de enfermería y auxiliares, radiólogos, técnicos de trasporte compañeros de uvi móvil y de UCI pediatría'', concluye el profesional.
Los aplausos no llegan siempre desde los balcones, ni los abrazos se pueden dar en la cercanía. El amor y la admiración tiene muchas manifestaciones, y en Twitter la gente no siempre está cabreada. Esta vez el reconocimiento fue una ola de reacciones y emociones en 280 caracteres. Un día después, agradecido por las muestras de cariño, Juan informó de que el pequeño estaba estable ''recuperado como un campeón.'' Un meningo fue el causante de esta historia que puso al pequeño al borde de la muerte, pero no era su día y detrás estaba un gran equipo médico.
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