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Coronavirus
La variante Ómicron se expande rápidamente y los estudios apuntan a que es la más contagiosa hasta la fecha. Pero inmersos en esta sexta ola, y tras casi dos años, las que la precedieron nos han dejado otros nombres, restricciones, medidas y síntomas que jamás olvidaremos. En esta carrera vírica que ha puesto en jaque la salud pública mundial, la confusión también ha sido protagonista. Cuando nos hacemos una prueba diagnóstica de Covid-19 y es positiva, no siempre podemos saber de qué variante nos hemos contagiado, una de las dudas que comparten muchas personas. ¿Cuáles son los rasgos y síntomas significativos que las diferencian?
Cuando los virus cambian, los nuevos tipos de virus se denominan "variantes". El virus original se conoce como "tipo salvaje". Las variantes pueden ser diferentes del "tipo salvaje" diferenciadas por su transmisibilidad, la gravedad de sus síntomas, la respuesta inmune de las vacunas y la inmunidad que genere tu propio organismo.
Las vacunas han demostrado su alta eficacia para prevenir la enfermedad grave, pero no previenen del contagio. De esta manera, el cuadro sintomático más habitual entre las personas vacunadas que se contagian de coronavirus es más leve e incluye síntomas como mucosidad, cefaleas o tos seca, entre otros.
De todas las identificadas por la OMS, hay 14 variantes de SARS-CoV-2 que han dejado de ser monitoreadas porque ya no circulan a niveles considerados significativos para la salud pública global. Los motivos pueden ser porque están circulando desde hace tiempo sin causar gran impacto en la situación epidemiológica de los países o porque evidencias científicas han demostrado que estas variantes no están asociadas a propiedades preocupantes.
Entre ellas están las mutaciones anteriormente conocidas como epsilon (identificada en Estados Unidos), zeta (identificada en Brasil) y theta (identificada en Filipinas).
La variante alfa, por entonces conocida como británica, llegó haciendo casi tanto ruido como la ómicron hoy. Los síntomas más habituales en ella -también en la Gamma y la Beta- son la fiebre, la tos seca o el cansancio. Provoca más mucosidad y dolor de garganta, pero menos tos y pérdida de olfato
Otros síntomas menos comunes, pero que también pueden darse, son
La variante B.1.351 o variante sudafricana es una de las que más riesgo supone en estos momentos debido a su capacidad para evadir la inmunidad de ciertas vacunas. Se cree que genera una reducción de hasta 12 veces en la eficacia de la vacuna desarrollada por Moderna.
En cuanto a sus síntomas, como hemos mencionado, los más comunes son la fiebre, la tos seca y el cansancio extremo. Además, la peculiaridad de esta variante es que infecta a algunos animales como los ratones.
Esta variante localizada en Brasil, también comparte síntomas con las dos anteriores (fiebre, tos seca y cansancio, y es posible experimentar también dolor muscular, diarrea, conjuntivitis, pérdida de olfato y gusto, y erupciones cutáneas). En similitud con Ómicron, tiene cierta capacidad de evadir la acción de los anticuerpos.
La variante Delta de COVID-19, una de las variantes de preocupación según la OMS, por su alta contagiosidad (más del 60% del virus original) y no por su letalidad, es hoy uno de los ítems de esta pandemia por el virus SARS-COV-2 que más preocupa a la comunidad científica porque para impedir su transmisión se necesitan sociedades completamente vacunadas.
La estrategia de vacunación está dando resultados y ya ha generado una respuesta inmune frente a esta variante que, al igual que ocurrió con la cepa original y las otras variantes comienza a circular e impacta más desfavorablemente -con mayor riesgo de hospitalización- en la población más vulnerable.
En cuestión de síntomas son muy similares a los de Ómicron, aunque esta nueva variante es más contagiosa pero menos severa que su predecesora. La pérdida del gusto y el olfato es la principal señal de padecer Delta o sus predecesoras.
La variante Ómicron del coronavirus tiene cerca del triple de mutaciones en la proteína de espícula, la parte clave para que el virus infecte las células y para que nuestro sistema inmune responda.
Los síntomas más comunes de esta variante son:
Por otro lado, los síntomas de ómicron en personas vacunadas son similares a los de la variante delta, que también incluían secreción nasal, estornudos y dolor de garganta. Pero, al contrario que otras variantes, Ómicron no provoca la pérdida del gusto y el olfato. Además, a todos los síntomas de Ómicron se une uno inusual no detectado en otras variantes. Algunos pacientes contagiados de Covid-19 con esta variante están sufriendo episodios de sudores nocturnos, un síntoma que no se había registrado hasta ahora.
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