Los efectos a nivel de salud que un escape radiactivo en Ucrania podría tener sobre la población
Crisis Ucrania
Existen cuatro plantas nucleares activas en Ucrania, además de la inactiva Chernóbil, en las que un accidente durante la ofensiva de la guerra resultaría fatal para la población.
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El 26 de abril de 1986 esperaba ser un día tranquilo en Prípiat , a menos de tres kilómetros al sur de lo que entonces era una ciudad de 50.000 habitantes. Antes del alba, nadie esperaba que el mayor accidente nuclear de la historia fuera a tener lugar en aquel escenario. Hasta que el reactor número cuatro de la central nuclear de Chernóbil estalló. Además de las personas que murieron a causa del accidente, la lluvia radiactiva, 400 veces superior a la radiactividad liberada en Hiroshima, expulsó a más de 300.000 personas de sus hogares y desencadenó una epidemia infantil de cáncer de tiroides. A día de hoy, el aumento en casos de cáncer también se ha relacionado con esta trágica explosión.
En consecuencia, cuando las tropas rusas tomaron el control de este complejo el pasado 24 de febrero, escenario en el pasado de enfrentamientos entre las tropas rusas y las ucranianas, el miedo invadió los titulares: residuos radiactivos y combates militares no son una buena combinación. Horas después de la toma de Chernóbil varios de los sensores automáticos de radiación registraron aumentos significativos en sus mediciones. Esto puede deberse al paso de vehículos que pudieron levantar cantidades de polvo radiactivo, aunque todavía en niveles que no ponen en peligro la salud humana. Por tanto, el mayor riesgo de desastre nuclear en un contexto de guerra no está en Chernóbil, sino en las otras cuatro plantas nucleares activas que funcionan en Ucrania. ¿Cuáles podrían ser las consecuencias sobre la salud si se produjera un accidente en alguna de ellas?
¿Cuáles son los riesgos tras la invasión?
Contactado por el medio Maldita.es, Eugenio Gil que, cuando ocurrió el accidente en la central de Chernóbil en 1986 era jefe del Área de Ingeniería Radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), señala que la presencia militar en la zona no cree ''que represente per se un riesgo radiológico adicional'', salvo los combates pudieran afectar al "sarcófago" que envuelve el reactor que se accidentó.
''El sarcófago tiene la función de contener los materiales radiactivos que aún no se han desintegrado. Si se dañase, por efecto del impacto de proyectiles explosivos, podrían escapar aerosoles radiactivos y dispersarse por el entorno de la central'', explica Gil.
Edwin Lyman, un experto en reactores de la Unión de Científicos Preocupados (UCS por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, declaró en The New York Times:''No lo veo como una amenaza radiológica inminente. No creo que Rusia apunte deliberadamente a una planta".
Lo que provocó que el desenlace fuera del todo fatal fue la explosión del núcleo del reactor. La emanación de material, en estos casos, se libera directamente a la atmósfera y puede extenderse a miles de kilómetros, con graves consecuencias a corto y largo plazo, ya que puede contaminar el agua, las plantas y los animales, pasando de este modo a la cadena alimenticia y afectando a personas que en un principio no tuvieron contacto con las emanaciones radiactivas. De hecho, en aquel momento, cuando el reactor ardía fuera de control, el viento arrastró la nube hacia el norte. El 70% de la radiactividad se extendió por Bielorrusia y contaminó casi una cuarta parte del país.
En Chernóbil, concretamente, se produjo una fuga mayor de de estroncio-90 que afecta al calcio y a los huesos. Asimismo, los niños estuvieron consumiento leche con trazas de yodo 131 radiactivo procedente de vacas alimentadas con hierba contaminada, lo que produjo la epidemia de cáncer de tiroides.
Problemas para la salud del escape de residios y material radioactivo
Aunque la naturaleza emite radiactividad de forma natural la corteza terrestre retiene las emisiones para que éstas no se extiendan y produzcan daños. El problema llega cuando estas partículas producidas en centrales nucleares sobrepasan los muros y llegan a la atmósfera. Los efectos, en este sentido, varían en el organismo humano dependiendo del nivel de exposición:
LEVES
- Náuseas y vómitos.
- Fatiga y debilidad.
- Hemorragias.
- Fiebre.
- Dolor de cabeza
- Diarrea.
- Quemaduras en la piel.
- Mareos.
- Inflamación de las zonas expuestas.
- Convulsiones.
- Pérdida de cabello.
- Hematomas.
- Deshidratación.
- Alteraciones intestinales.
Graves
- Defectos genéticos.
- Cáncer. El cáncer de tiroides es muy frecuente debido a que dicha glándula absorbe las partículas de yodo radiactivas. Además, otros cánceres comunes son el cáncer de huesos y los tumores cerebrales.
- Problemas en la médula ósea. Ésta se ve muchas veces afectada, pudiendo la persona presentar anemia y leucemia.
- Infertilidad y malformaciones en el feto, así como problemas en la descendencia asociados al crecimiento y aprendizaje, pudiendo presentar cerebros y cráneos pequeños.
- Sistema inmunitario debilitado, lo cual aumenta el riesgo por infecciones bacterianas y otras patologías.
- Problemas de salud mental, como la angustia emocional y psicológica ante emergencias que involucran peligros de radiación.
- En exposiciones prolongadas o de alto nivel, puede ocasionar la muerte.
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