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Psicología
La celeridad y la inmediatez con la que Internet y las nuevas tecnologías nuevas tecnologíasse abren paso entre la población, están cambiando la forma de entender el mundo y han mejorado, en muchos aspectos, nuestro día a día. Sin embargo, esta cultura digital también está generando riesgos y peligros, sobre todo entre sus nativos. El avance tecnológico está disparando cada día más el acceso a todo tipo de webs y temáticas. Una de ellas, la pornografía, comienza a ser un problema por el cada vez más temprano acceso a sus portales. De hecho, esto ya influye en su comportamiento en edades tempranas, especialmente en adolescentes.
Docentes, psicólogos y expertos ya alertan de que esto está provocando un incremento de las actitudes machistas, y ofreciendo una visión "distorsionada" de la realidad. Lo primordial es recibir una educación sexual basada en valores y no restringida a un solo modelo sexual, que suele ser muy explícito y extremo.
En los colegios, algunos profesores afirman que los alumnos cada vez piden salir con más frecuencia al baño, adictos a la masturbación, debido a que consumen pornografía durante la jornada escolar. Asimismo es muy común que compartan vídeos sexuales entre ellos. Algunos de ellos pueden llegar a sobrecogerse ya que es la primera vez que consumen este tipo de contenido y no están preparados psicológicamente. Además, esto los puede hacer sentirse 'excluidos' porque la mayoría de sus compañeros están acostumbrados a esta exposición a material adulto.
El camino de toda esta exposición suele comenzar con la hipersexualización fomentada por las redes sociales, como Tik Tok o Instagram. Son un recurso del que todos dispones, en la vida social como profesional y en el que cada vez son más los jóvenes que se expresan y desenvuelven. De hecho, muchos de ellos solo son capaces de relacionarse a través de estas plataformas.
En este sentido, según indican los expertos, las imágenes visuales pornográficas imprimen y alteran el cerebro, provocando una huella instantánea, involuntaria, pero duradera, en la memoria bioquímica y son difíciles o imposibles de suprimir. Otra doctora añade que la pornografía es la primera 'sustancia adictiva' de la que no es posible desintoxicarse. La exposición prolongada a la pornografía también ha demostrado consecuencias mentales como depresión, ansiedad y estrés.
Pero lo que más preocupa a los adultos es que cierto contenido agresivo en los comportamientos pueda crear una conducta de imitación. Y es que esa fuente de placer a la que se exponen los jóvenes a través de la pornografía y las imágenes sexuales, tratan de reproducirla en sus experiencias personales ya que el cerebro trata de recordar lo que debe hacer para obtener el mismo placer que en ocasiones anteriores.
Sexo sin preservativo o presencia de violencia abierta con estrangulamientos o fuertes golpes, son algunos de los contenidos o prácticas de 'riesgo' presentes en este tipo de vídeos que pueden normalizarse en las futuras relaciones sexuales.
Asimismo, la pornografía confirma los roles sexuales convencionales, ofreciendo una imagen estereotipada de hombres y mujeres (cosificación de la mujer), esto puede influir más adelante en las expectativas y actitudes hacia la práctica sexual de las y los adolescentes. Esto también puede conducir a la frustración al no conseguir los resultados esperados, ya que se produce una distorsión de la realidad. Esto, a su vez, puede provocar insatisfacción sexual.
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