Comer en estas tres horas del día te hace ganar casi 1 kilo diario, según un estudio

Nutrición

Según la nutricionista Susie Burrell, estas horas del día están muy ligadas a costumbres culturales que nos pueden hacer engordar hasta 750 calorías adicionales

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N.F

20 de junio 2022 - 13:46

A la hora de adelgazar, la nutrición y las rutinas saludables son claves para alcanzar los objetivos deseados. No existen atajos, ni milagros, sí tiempo y sacrificios. Eso sí, existen trucos con los que podrás dar un empujón a tus objetivos saludables, muy útiles ahora que llega el verano y nos entran las prisas. Uno de ellos es controlar los horarios de las comidas y evitar el 'picoteo', sobre todo en ciertas horas del día. Así lo afirma un estudio realizado por la Universidad de Reino Unido al que ha hecho referencia el diario británico Daily Mail. En el trabajo los investigadores revelaron las tres horas concretas del día en las que las personas que hacían dieta consumían 750 calorías adicionales si tomaban algún alimento en estas franjas horarias.

Y la peor noticia es que las tres horas a las que se hace referencia coinciden con momentos en los que solemos tener 'antojos'. Las horas de 'riesgo', según este estudio, serían las 11.01 h de la mañana, las 15.14 h de la tarde y las 21:31 h de la noche. Así lo ha asegurado también la destacada dietista australiana Susie Burrell en un artículo publicado en 7news.

Los problemas en cada horario

La afamada dietista ha explicado los motivos concretos de cada hora por los que tendemos a picar en estas horas del día. En un resumen muy básico, todo está relacionado con costumbres culturales de nuestra sociedad: el descanso o snack matutino cerca de la media mañana, el té de la tarde y un atracón regular después de la cena. Pero hay más.

En el primer horario, el de las 11 a.m, si eres de los que madrugan y lo primero que hacen es tomar un café y echarse un bocado al paladar, probablemente a esta hora el estómago comience a rugir. Y es que ya habrán pasado varias horas desde el desayuno y aún queden algunas para la comida.

"Comer muy pocas calorías durante la primera mitad del día no solo desencadena el hambre y los antojos al final de la mañana, sino que también te puede hacer más vulnerable a comer en exceso durante el resto del día", indica la experta.

Además, este horario es muy común en desayunos y descansos de oficina, por lo que acudir a una cafetería cercana no sería nada raro. Allí, además del segundo café del día, también es común la segunda tostada o incluso algún dulce calórico. Esto nos hace retrasar también nuestro horario de comida, lo que tampoco es ideal para perder peso por el retraso en todas las comidas del día. También porque podemos toparnos con la siguiente hora de 'riesgo' señalada del día, las 15:14h.

Para evitarlo, el consejo de la experta es programar un pequeño refrigerio de tres a cuatro horas después del desayuno y antes de las 10:30 am para evitar sentir hambre demasiado cerca de la hora del almuerzo. La idea es que este pequeño 'lunch' contenga solo 100-200 calorías y 5-10 g de proteína para mantener a raya el hambre hasta la hora del almuerzo.

En el caso de la segunda franja horaria, más allá de la propia costumbre, el cuerpo también sufre una bajada de glucosa en sangre. Por ello, dos o tres horas después de la comida, la dietista señala que "es normal" que se tenga hambre. En el contexto del mundo anglosajón, esa hora tiende a corresponderse con las 15.00 - 16.00 h de la tarde, un periodo que en España todavía puede coincidir con el de la comida.

En esa franja horaria, prosigue Burrell, "aumenta el atractivo de la máquina expendedora o la caja de chocolates de la oficina y buscamos alimentos dulces para aumentar nuestros niveles de glucosa". Estos alimentos suelen dejarnos insatisfechos y generar una mayor sensación de hambre cerca de la cena, lo que nos hace picar a media tarde.

El paso clave para tomar el control en este momento del día es, de nuevo, planificar un refrigerio rico en proteínasrefrigerio rico en proteínas tres o cuatro horas después del almuerzo para evitar 'atracones' al final del día. Buenas opciones incluyen frutos secos, ricos en nutrientes y controlados en porciones, galletas saladas con un aderezo sabroso, snacks de verduras, o alguna tortita integral acompañada con hummus.

Comer alimentos dulces y darnos un 'capricho' frente al televisor es un mal hábito que está muy integrado en nuestra sociedad. Es el común hábito de 'me lo merezco' que puede ser excepcionalmente difícil de romper. Y los fabricantes de dulces lo saben.

Según la experta, la mejor manera de controlar el exceso de comida a esta hora es hacer una planificación "para disfrutar de una sola golosina con control de calorías", por ejemplo, "un pequeño helado individual, unas onzas de chocolate negro o un par de galletas con una taza de té".

No obstante, lo ideal es romper con esta costumbre que, además, se lleva a cabo justo antes de irnos a dormir (lo que dificulta tanto el sueño como las posibilidades de quemar estas calorías extra). Por ello, si no se es capaz de controlar lo que se come a esta hora del día, según sentencia Burrell, es "dejar de comer de golpe después de la cena".

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