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Entrar en cetosis fue lo que le permitió al ser humano sobrevivir en la época en la que era nómada: el hombre prehistórico estaba acostumbrado a funcionar en un estado de cetosis, ya que cuando pasaban días sin cazar una presa tenía que utilizar sus reservas, es decir, la grasa corporal, como combustible. Hoy en día, la cetosis se ha popularizado con el auge de las dietas keto, o cetogénicas, promocionadas como el nuevo método infalible para adelgazar.
Estos regímenes hacen que el cuerpo entre en cetosis, que es un proceso metabólico normal que proporciona varios beneficios para la salud y un gran adelgazamiento. Durante la cetosis, el cuerpo convierte la grasa en compuestos conocidos como cetonas y comienza a usarlos como su principal fuente de energía. Pero, entrar en la cetosis es algo muy personal y depende del metabolismo de cada individuo.Eso sí existen fórmulas para conseguirlo de manera rápida y efectiva. Aquí te contamos cómo.
Eso sí, actores como la resistencia a la insulina dictan la forma en la que nuestro cuerpo metaboliza la glucosa. Es por eso que tu antigua dieta tiene un enorme impacto en la rapidez con la que ingresas a la cetosis. Si tu dieta anterior era realmente alta en carbohidratos, el período de transición podría demorar un poco más.
La dieta keto se basa en el único principio de sustituir los carbohidratos, que es tu fuente habitual de energía, por grasa. Sin embargo, este es el error más común y no podemos dejar de enfatizar la importancia del consumo adecuado de carbohidratos.
Para entrar en cetosis rápidamente, debes mantener tu ingesta de carbohidratos por debajo de 20-25 gramos por día. No hacerlo implicará que no podrás entrar en cetosis y no quemarás la grasa como fuente de energía.
Si desea perder peso, asegúrate de mantenerte dentro de tus límites de ingesta calórica. La mayoría de las recetas ''cetogénicas'' que se encuentran Internet son muy ricas en grasa, por lo que no sería inteligente confiar en ellas tan ciegamente.
La grasa constituye el mayor porcentaje de la dieta cetogénica, por lo que también es muy importante buscar opciones dietéticas equilibradas y elegir fuentes de alta calidad. Evitar las grasas trans hidrolizadas. Incluye grasas buenas, como el aceite de oliva, el aguacate, el coco, la mantequilla ghee o la mantequilla normal. Tres cucharadas de aceite de coco pueden ayudarte.
Es importante consumir suficiente proteína para suministrar al hígado los aminoácidos que se pueden usar para la gluconeogénesis o la producción de glucosa. Tu cuerpo los necesita para mantener una salud normal, producir hormonas, tejido muscular y neurotransmisores.
Las proteínas constituyen alrededor del 25% de la ingesta calórica en la dieta cetogénica. Debes consumir 1,3 gramos de proteína por kilo de peso corporal. La ingesta de proteínas debe ser lo suficientemente alta para mantener la masa muscular cuando la ingesta de carbohidratos es baja, especialmente si estamos perdiendo peso.
Haz ejercicio durante toda la semana para incrementar las necesidades calóricas y hacer crecer el músculo. Estar 24 horas sin comer absolutamente nada y realizar un entrenamiento por la mañana tu cuerpo quemará sus reservas de glucógeno y requerirá de mucha energía.
Esta energía se la darás en forma de grasa saludable. Esto genera un reseteo metabólico en tu organismo y forzará a tu cuerpo a utilizar grasa para cubrir sus necesidades energéticas.
Ten en cuenta que la cetosis requiere un plan de entrenamiento específico. Necesitas una rutina constante que se adapte a tu tipo de cuerpo y a tus zonas problemáticas.
Otra forma de entrar en cetosis es pasar varias horas sin comer. De hecho, muchas personas entran en cetosis leve entre la cena y el desayuno. Comer en un período de tiempo limitado tiene un efecto significativo en tus reservas de glucógeno. El ayuno obliga a agotar rápidamente las reservas de glucógeno del cuerpo y luego hace que el cuerpo entre en estado de cetosis.
Cuando se combina con una dieta cetogénica saludable, el método de ayuno 16:8 se considera el más óptimo. Si haces ayunos diarios de 16 horas, tendrás que hacer la última comida del día a las 4 de la tarde si desayunas a las 8. O cenar a tu hora pero saltarte al día siguiente el desayuno (sólido) y hacer la comida de medio día de forma normal.
Recibir luz natural es genial para ayudar a tu cuerpo a generar Vitamina D, además de respirar aire mucho más limpio que en la ciudad y, por supuesto, las sensaciones de estar en la naturaleza siempre reducen los niveles de estrés, que en muchas ocasiones impiden alcanzar la cetosis en el organismo.
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