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El verano es sinónimo de sol, playa, piscina, brisas de mar y mar de sonrisas. Calor y refrescos. Con alcohol o sin él. Y tinto, mucho tinto...de verano. Esa bebida que desde que se hiciera popular allá por el primer tercio del siglo XX regresa cada año por mucha competencia que le salga. Para algo estamos en su temporada alta de consumo.
Y viene respaldado por los múltiples beneficios saludables asociados al vino, ya sea acompañado de gaseosa, limón o naranja. Eso sí, no le pidamos un imposible. Si está bueno, no puede ayudarte a no engordar, aunque tampoco te producirá un desajuste considerable en la báscula si lo consumes con moderación: Algo más de 125 calorías por cada vaso que nos tomemos brindando con amigos por el fin de las restricciones de movilidad y el exitoso proceso de vacunación completado o a punto de afrontar.
¿Quién le iba a decir a Antonio Vargas del Moral, dueño de la popular Venta de Vargas de Córdoba, que cuando empezó a servir vasos de vino tinto con sifón para combatir el intenso calor de los veranos de los años 20, hace ya un siglo, su 'vargas' se iba a convertir con el paso del tiempo en la bebida favorita de artistas y famosos de la época, dando origen al tinto de verano.
Del sifón se pasó a la gaseosa y de la gaseosa al limón o la naranja, pero la esencia del vino permanece inamovible, desde el Valdepeñas original a cualquier otra variedad de tinto, eso sí, siempre midiendo su acidez.
Una de las grandes preguntas que se hacen cada verano los consumidores de tinto de verano es si refrescarse con esa bebida durante estos meses puede pasarle factura de vuelta a su rutina y el paso por la báscula después de meses de operación bikini, bañador y objetivo six pack que nunca llega a cumplirse del todo. Recientemente la revista GQ realizaba un estudio sobre las calorías de las bebidas más consumidas durante la época estival y esta es la lista de bebidas que más y menos calorías contienen.
El vino cuenta con múltiples beneficios para la salud y hasta los especialistas recomiendan una copa de vino al día dada sus propiedades antioxidantes. Sin embargo, esto no es óbice para que la mezcla de vino tinto con gaseosa o refrescos de naranja o limón, sea también una de las que más engordan. Cada vaso contiene algo más de 125 kilocalorías, lejos de la horchata, con 231 Kc, pero por encima de la cerveza, por ejemplo, o el agua, por supuesto, que es la perfección hecha líquido en lo que aporta al organismo se refiere.
La gran acogida entre la gente del tinto de verano ha hecho que las diferentes marcas se pongan las pilas para comercializar y distribuir el tinto de verano ya preparado y envasado. Pero nunca será lo mismo. En bares y restaurantes se suele servir el tinto de verano con gaseosa, con limón e incluso con naranja ¿Cuál es la diferencia? ¿Cómo preparar un buen tinto de verano?
El vino es una bebida ácida. A menor calidad del vino, normalmente existirá una mayor sensación de acidez. Es por ello que lo primero que se recomienda es añadirle gaseosa para aportar ese punto de dulzor necesario para equilibrar el sabor y no dañar demasiado el estómago. Si finalmente nos decantamos por el limón o la naranja es de vital importancia añadirle abundante hielo. Y el toque final en rodajas de limón o naranja, según la elección, pero sólo esas dos frutas. Nada de convertir el tinto de verano en una ensalada de frutas que le arrebaten la esencia de 'vargas', la esencia del tinto de verano.
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