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Hacer deporte no evita ni cura el cáncer, pero hay cada vez más evidencia científica de que realizar ejercicio físico ayuda no solo a prevenir la enfermedad, sino también a obtener mejores resultados a la hora de enfrentarse a la misma. Un ejemplo de ello es el conocido caso de Virginia Torrecilla, exfutbolista del Atlético de Madrid que superó un tumor cerebral. “El deporte siempre ha sido vida. Gracias al deporte pude tener una condición física que me permitió afrontar mucho mejor los tratamientos”.
Así lo explicaba la futbolista en el marco de la jornada ‘Caminando hacia la esperanza: mujer, deporte y cáncer’, que la Liga F y GSK celebraron motivo del Día Mundial del Deporte. Durante la misma se ha hecho hincapié en los avances que se han producido en los últimos años tanto en el cáncer ginecológico como en el cáncer de mama, pero también en la necesidad de concienciar a la población femenina de cuidarse a través del ejercicio físico para prevenir el mismo, ya que la mujer tiene una mayor tasa de abandono de la actividad física que el hombre, en gran parte debido a que asume mayor carga familiar.
Como explicaba César Rodríguez, presidente de SEOM, “el ejercicio físico permite una mejor recuperación, ayuda a tolerar mejor el tratamiento e incluso puede ayudar a mejorar los resultados”. No solo de los tratamientos farmacológicos, sino incluso de las cirugías, hasta el punto de que ya existen programas de rehabilitación previos al quirófano. “Pero no vale cualquier actividad física para cualquier paciente”, advierte el experto, que insiste en que es necesario formar a los profesionales para poder prescribir como parte del tratamiento oncológico programas de ejercicio físico bien estructurados, contando con una evaluación previa del paciente.
Asimismo, como recordaba Marcelo Ruz, secretario de la asociación de pacientes de cáncer de mama y ovario hereditario AMOH, “el ejercicio físico podría reducir hasta un 30 % los nuevos casos de cáncer, pero también ha demostrado la reducción de mortalidad de hasta un 20% en pacientes de cáncer”.
El envejecimiento de la población, unido a hábitos de vida poco saludable, están llevando a un aumento de la incidencia del cáncer en la mujer, con más de 13.000 diagnósticos al año de cáncer de endometrio, ovario y cuello uterino y más de 36.000 casos de cáncer de mama. la aparición de nuevos tratamientos, también preventivos como es la vacunación del VPH, esté permitiendo mejorar sustantivamente la supervivencia en estos casos. El cáncer de endometrio cuenta ya con una supervivencia mayor del 75% a los 5 años o del cáncer de cuello uterino, con el 60%. Preocupa más el aumento del cáncer de pulmón en las mujeres, que se asocia a peores cifras de mortalidad. Es por ello que aunque la vivencia de Virginia Torrecilla es una muestra de que nadie es inmune, su historia debe ser un faro de esperanza de cómo el paciente puede tener un papel activo en su enfermedad, para contribuir en lo posible a mejores resultados. La futbolista insiste en que un factor clave para no abandonar el deporte fue el apoyo de su equipo, algo que también puede trasladarse al resto de pacientes, como explicaba en este foro Javier Nuñez, médico responsable del Atlético de Madrid, quien insistía en contar si no con un equipo, con las asociaciones de pacientes que ayudan a hacer grupo, también para salir juntas a hacer deporte. Todo para ganarle la batalla al cáncer “partido a partido”.
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