Lágrimas en la Trinidad por la lluvia que deja al Cautivo en casa
La cofradía decidió no procesionar el Lunes Santo, pero llevó a cabo un concierto a las puertas de su casa hermandad y permaneció abierta para que los malagueños pudieran ver a sus titulares
El Cautivo en el Lunes Santo en Málaga, en fotos
La música llega a la Trinidad para arropar al Cautivo el Lunes Santo en Málaga
El olor de la lluvia inundaba las calles de la Trinidad desde primera hora del Lunes Santo. Las nubes auguraban una jornada fría en la que las precipitaciones podrían poner en peligro las salidas procesionales en Málaga y así fue. Eran cerca de las 18:00 cuando la única decisión que ninguna cofradía quiere tomar en su día, se hizo realidad: Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de La Trinidad Coronada no iban a salir a la calle en 2024. Las lágrimas surgieron en ese mismo instante. Músicos, nazarenos y devotos lloraban por el Novio de Málaga y su madre, que este año se quedarían en su barrio debido a las inclemencias meteorológicas.
Minutos más tardes, la música llegó a la Trinidad y con las lágrimas siempre presentes comenzó el concierto de marchas procesionales a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores Del Real Cuerpo de Bomberos, la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Cautivo y la Banda Sinfónica de la Trinidad. Los abrazos entre los músicos y hermanos de la cofradía, amigos de siempre y familiares se repetían a cada segundo. La tristeza se reflejaba en la mirada de muchos de ellos después de conocer la decisión de la hermandad de no procesionar.
Entre los músicos afectados estaba Rodrigo González. Toca el fagot en la Banda Sinfónica de la Trinidad y entre sollozos aseguraba que “la decisión era predecible, aunque siempre está la esperanza de que salga, pero se veía venir”. Abrazado a su instrumento, el músico, junto a toda su banda, interpretó Alma de la Trinidad, Coronación de la Trinidad y Rezo a tus pies. Con un “Trinidad, a tus pies” y un “Viva el Cautivo” terminaron las tres bandas de música de tocar. En ese mismo instante, los hermanos de la cofradía se acercaron a ver a sus sagrados titulares.
“Ay qué pena” es la frase que más se repitió entre las dalmáticas. Marcos Moreno, nazareno de la Virgen, no dudó en acercarse a verlos y aseguró que la decisión “se veía venir”, pero “te duele porque al final es un año esperando para salir”. Al quitarse su túnica señaló que sentía un vacío porque no concibe un Lunes Santo sin salir en su cofradía, la “desilusión” se palpaba entre los presentes y el joven afirmó que al no estar de nazareno en la calle le faltaba algo.
Las puertas permanecieron abiertas para que todos los malagueños pudieran visitar al Cautivo y a la Trinidad. Las túnicas blancas y cardenales volvieron a los armarios, al igual que los capirotes y las mantillas, a la espera de que en el Lunes Santo de 2025 brille tanto el sol como el Cautivo cada vez que pasea por las calles de la Trinidad.
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