El Cristo de la Misericordia y la Virgen del Gran Poder, los latidos del Perchel

Otra de las cofradías más veteranas de la Semana Santa de Málaga, con mucho arraigo popular y una gran devoción entre sus fieles es la Misericordia, quer inició su recorrido desde el corazón del barrio del Perchel. De la iglesia del Carmen, la sede canónica de la hermandad de la Misericordia, comenzaron a salir a las 20:00 los nazarenos de terciopelo burdeos y antifaz de raso negro. Los penitentes abrieron el cortejo precedidos por la Banda de Cornetas y Tambores de Bomberos, que tocó delante de la cruz guía.

Mientras, en la casa hermandad en calle La Serna, contigua a la parroquia, se abrían las puertas y se dejaba ver a Nuestro Padre Jesús de la Misericordia, Titular de esta fusión de las antiguas hermandades que daban culto al Crucificado de la Buena Muerte y Ánimas, a la Virgen de los Dolores y la de la Misericordia.

Los primeros toques de campana llamaron a sus puestos a los portadores y tras los monaguillos, un poco antes de caer la tarde, comenzó una salida que fue guiada por el alcalde de Málaga a golpe de martillo hasta dar la curva hacia calle Ancha del Carmen. Se abría ante la hermandad, con sus 450 nazarenos y 470 hombres de trono, una noche llena de encuentros inolvidables que acabarían con el encierro, previsto a las cuatro de la madrugada.

Con una mecida lenta y la banda Nuestro Padre Jesús Cautivo enlazando varias marchas tocadas con maestría, la cofradía ofreció una salida preciosa a los cientos de personas agolpados en las inmediaciones para ver al Chiquito, como se le conoce popularmente.

El trono, que porta una talla de José Navas Parejo de los años 40 y que representa la caída en su camino al Calvario con la cruz a cuestas, fue derramando su gracia por las calles de su barrio. El Nazareno, con su mano derecha apoyada en la roca y la corona de espinas ceñida a su frente, fue acompañado como es habitual por el Ejército del Aire, Hermano Mayor Honorario de la cofradía desde 1938.

Entre aplausos y señales de la cruz fue recibido por los fieles. Por el puente que lleva su nombre cruzó el Guadalmedina para llegar a la Alameda de Colón y la Alameda Principal y subir por el Pasillo Santa Isabel hasta Especería para su entrada en el recorrido oficial.

Y tras ellos, salieron las túnicas negras con capirote burdeos de la sección de Nuestra Señora del Gran Poder, una talla anónima del siglo XVIII que saldría un rato después para recibir los piropos de todo un barrio. Mecida por 260 portadores, la Banda Municipal de Música Maestro Paco Tenorio de Arriate cerró el cortejo procesional que llegaría a la Tribuna pasadas las 22:30. El hermoso trono de plata sobre el que camina la Dolorosa fue otro de los protagonistas de este Jueves Santo vivido en todo su esplendor.