La Legión y el Cristo de la Buena Muerte levantan pasiones en el Jueves Santo de Málaga
La corporación realizó su salida con la gran expectación del público que la esperaba
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Se acercaba la hora a la que tiene prevista su salida la Congregación de Mena, y la gente ha comenzado a llegar masivamente hasta los aledaños de la casa hermandad. Muchos de ellos han esperado apostados en los muros del hotel colindante o en las azoteas de la zona. La ciudad al completo con la corporación del Jueves Santo.
Han llegado las tropas legionarias hasta la plaza de Fray Alonso de Santo Tomás. Las puertas se han abierto y lucían los sagrados titulares con la cera encendida. Con un par de minutos de retraso, ha salido la cruz de guía de la congregación. Llama la atención poder observar las túnicas bordadas que poseen. A los primeros tramos de insignias les ha seguido tramos de luz muy nutridos de nazarenos que acompañan al crucificado de la Buena Muerte y Ánimas. Se ha realizado un rezo mientras los nazarenos ibas saliendo de la parroquia.
Tras un toque de oración y el himno nacional, ha salido a las calles de Málaga el Cristo de la Buena Muerte. La talla, imponente y solemne, ha ido realizando la maniobra desde la plaza para a continuación continuar de frente hacia la calle San Jacinto. De fondo, los sones de la banda de guerra de la Legión española, que ha interpretado y cantado el popular Novio de la Muerte, muy aclamado por el público de la plaza y alrededores.
Un año más, los caballeros legionarios cumplen con la tradición casi centenaria de acompañar a su protector. Impone ver al Señor de espaldas con el cielo, ya terminando de anochecer, cuando durante unos metros ha andando en silencio hasta que los toques del mayordomo de trono han dado la orden de parar las andas. Llama la atención el contraste que se ha generado entre la solemnidad de la procesión y la, quizás, desmesura de todo lo que rodea al cuerpo de legionarios. El protagonismo no debe ser exclusivamente de la imagen.
Tras la salida de la sección de la Virgen, la dolorosa que recibe culto bajo la advocación de Soledad ha ejecutado de la misma manera la maniobra. En este caso a los sones de la marcha Estrella del Perchel, por parte de la banda de música de la congregación. La belleza y dulzura de la antigua talla llena el espacio de su magno trono, donde la candelería, por su disposición tan correcta, y el palio ochavado llaman la atención. La acompaña una representación de la marina, muy ligada también a esta cofradía. Se ha ido alejando por la calle San Jacinto, regalando la estampa del largo pañuelo, que hace las veces de rostrillo, cayendo sobre el manto.
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