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El barrio de la Victoria es conocido, cofradieramente hablando, por ser un lugar desde donde parten hermandades de un corte popular, alegre o clásico. Pero el concepto de hermandad de barrio no excluye a las cofradías de corte serio. En un barrio camben todas las hermandades. Así lo demuestra cada Viernes Santo la Hermandad del Monte Calvario.
Guiados por el característico sonido del muñidor, ha ido bajando desde la ermita, situada en la cima del monte, un tramos de nazarenos con cirios y otro con cruces. Tras los nazarenos con velas color tiniebla, los acólitos y unas pequeñas andas, portadas por algunos hermanos con capillo, donde descansaba el Cristo Yacente de la Paz y Unidad. A la sobriedad hay que añadir la estampa del Señor bajando por el monte.
Tras la llegada del Cristo al Santuario de la Victoria, ha sido entronizado junto al grupo escultórico y la Virgen de Fe y Consuelo. Pasada una hora, el chirriar de las puertas del templo dieron paso a la cruz guía y al muñidor antes mencionado. Desde la penumbra del templo han ido saliendo nazarenos, que visten túnica inspirada en el hábito de los frailes mínimos de San Francisco de Paula.
Ahora no eran nazarenos los que salían de la iglesia, sino que traspasaba al oscuridad el sonido de una campana. Poco a poco ha ido saliendo el misterio de la Sagrada Mortaja. Mirar a la escena representada, es mirar al propio momento donde se amortajó al Señor. Las telas sustentadas por la marías, el romero en una pequeña cesta, la jarra y el paño. Todo los detalles cuidados minuciosamente. La salida la ha realizado a los sones del tradicional Benigne Fac Domine, de Eduardo Ocón.
Guarda la curiosidad el andar de este trono que en los tramos donde no suenan las marchas, solo se escucha la música del silencio. De esta forma ha recorrido gran parte de la arteria principal del barrio, donde más abajo, ya para entrar a la plaza de la Merced, ha vuelto a sonar la música. En este caso la marcha granadina Cristo de los Toreros.
Más extensos han sido los tramos del palio de Santa María del Monte Calvario. El sonido del trono desde dentro del templo ha puesto en atención a los que aguardaban la salida. Es difícil el momento por las dimensiones de la puerta, pero otro año más el trono ha atravesado el dintel. Tras el toque de campana los portadores han elevado las andas hasta posarlas en sus hombros. La banda de música Nuestra Señora de la Paz ha interpretado varias marchas, entre ellas Piedad. Con el toque de tambor se ha perdido camino del recorrido oficial bajo un cielo tan azul que no hacía presagiar inestabilidad alguna.
La hermandad ha comunicado a primera hora de la tarde, antes de su salida, que sus horarios oficiales se verían modificados, adelantándose a las 18:10 la llegada a la Tribuna Oficial y a las 19:45 a la Catedral. Por otro lado, de regreso ha tomado las calles Císter y Alcazabilla, recogiéndose la cofradía antes de que hayan caído las primeras gotas de lluvia.
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