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Plegarias al paso de la Salud por Málaga

Los toques de campana que anunciaban el paso de los titulares de la Salud fueron una forma de recordar a los enfermos

Las fotos de la Salud en el Domingo de Ramos de Málaga de 2023

Los vídeos que deja el Domingo de Ramos en Málaga

Las fotos de la Salud en el Domingo de Ramos de Málaga de 2023 / Ana Jiménez
Ana Jiménez

02 de abril 2023 - 22:04

Málaga/Miradas al cielo y rodillas al suelo. Así salían los titulares de la cofradía de la Salud de Málaga ante una plaza de San Pablo que repetía multitudes tras el Sábado de Pasión. Al son de La Saeta, el titular crucificado asomaba por el arco de la parroquia y un suspiro contenido silenció la plaza en su totalidad. El metal de las campanas golpeadas por los martillos de madera replicaban en recuerdo y plegariaa los enfermos. Las manos, ya manchadas por los escalones de la salida, se dirigieron al metal de los varales que se clavaron en hombros y almas de los hombres de trono del Cristo de la Esperanza en su Gran Amor. La estampa se repitió con María Santísima de la Salud, tras media hora y un Ave María en el interior.

Las fotos de la Salud en el Domingo de Ramos de Málaga de 2023 / Ana Jiménez

Cuando apenas había salido la Virgen, pasos previos a encarar la cuesta para llegar al puente de la Aurora, uno de los penitentes morados agarró en sus manos el martillo entrelazando los dedos ante la mirada Cristo crucificado. Las voces de uno de los mayordomos gritaba el motivo de que el nazareno se volviera capataz: “Pedimos por su padre, que está enfermo como algunos sabéis”. Con fuerza y firmeza, la plegaria se elevó en tres toques que conmovieron a un barrio.

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La Virgen de la Salud sale ante una plaza que se deshace en gritos y lágrimas tras la espera / A. Jiménez

Flotando sobre la multitud, con flores de cera enmarcando su rostro, la Virgen sequía a su hijo crucificado por el barrio trinitario y por todo el centro de la ciudad, que se agolpaba tras cada esquina bajo un sol abrasador. Bajo balcones dorados y burdeos, ambos titulares ejecutaban su estación de penitencia sobre unos hombres de trono que, cara tapada, hacían del dolor de hombros el impulso para continuar hasta la caída de la noche, donde las rodillas en el suelo cierran un Domingo de Ramos trinirario.

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